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El agua y la piedra

Las Fisgas de Ermelo forman una de las mayores cascadas de Europa. Es uno de los grandes atractivos del Parque Natural do Alvão, un tesoro luso lleno de biodiversidad

Aldea típica y prados en el Parque Natural do Alvão. // T.G.

Ubicado entre la región de Minho y Trás-os-Montes, el concello luso de Mondim de Basto tiene en su belleza natural uno de sus grandes atractivos, particularmente notable en el Parque do Alvão, con viejas aldeas detenidas en el tiempo y tesoros como las Fisgas de Ermelo, un conjunto de espectaculares cascadas que se precipitan en caída libre a lo largo de cuatrocientos metros, formando cataratas y piscinas naturales.

Una barrera de grandes lajas cuarcíticas obliga al río Olo a correr "enfisgado" -encajonado- por la sierra, formando sucesivas "fervenzas". Este lugar fue uno de los finalistas en la iniciativa 7 Maravilhas Naturais de Portugal, en la categoría de playas fluviales salvajes, por su extraordinaria belleza y riqueza en términos geomorfológicos y geológicos.

Este pequeño paraíso que es el parque natural do Alvão ocupa una superficie de más de setenta kilómetros cuadrados repartidos entre Mondim de Basto y Vila Real. Presenta un relieve variado que va desde la zona alta -que supera los mil metros de altitud- a los valles por donde discurre el río Olo y donde se hallan localidades como Ermelo o Fervença. Esta diversidad hace que el espacio protegido sea hogar de numerosas especies, entre las que se cuentan águilas y halcones.

El agua abunda en el parque, que se funde con el verdor del paisaje. Otro punto de parada debe ser en las cascadas de Bilhó, donde el río Cabrão crea lagos y pequeños saltos de agua de gran belleza. El trayecto senderista PR3 Fisgas de Ermelo permite apreciar los contrastes del valle y la serranía.

Alvão es uno de los muchos encantos de Mondim de Basto, que tiene otra de sus señas de identidad en el Monte Farinha y en el santuario de Nossa Senhora da Graça, de gran devoción. Además, los acontecimientos deportivos programados en esta geografía serpenteante -automovilismo, ciclismo, atletismo- han hecho sumamente popular el binomio Farinha/Graça, desde cuya cumbre se obtiene un amplio panorama.

En la villa hay que pasear demoradamente por su casco histórico. El burgo se desarrolló en torno a la capilla del Santíssimo Sacramento e da Paixão do Senhor, hoy uno de los monumentos más importantes del concello por la riqueza patrimonial, cultural y religiosa que encierra. En todo el término municipal puentes, ríos castros, casas blasonadas, capillas y templos salpican estas hermosas tierras de Basto, donde pasta apacible el ganado de raza maronesa. Merece la pena conocer los variados espacios verdes de esta geografía, además de las riberas junto al Tâmega y los rincones de ocio que ofrece, sin olvidar el emblemático puente ferroviario del siglo XIX, a un kilómetro del centro.

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