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Jaime Urrutia no era idiota ni Edi Clavo un ganapán

El álbum "Camino Soria" (1987) se reedita hoy en edición remasterizada para celebrar su XXX aniversario, coincidiendo con un libro sobre esta obra maestra de Gabinete Caligari

Jaime Urrutia no era idiota ni Edi Clavo un ganapán

B écquer no era idiota ni Machado un ganapán / y por los dos sabrás / que el olvido del amor se cura en soledad". Si hay unos versos clave en "Camino Soria" son estos de la canción que le da título. Como en tantos otros grandes álbumes, el desamor y la tristeza inspiran grandes canciones. Jaime Urrutia había roto con una mujer, y el trío que completaban Edi Clavo (batería) y Ferni Presas (bajo) había sufrido también la reciente muerte, víctima de la heroína, del saxofonista y multiinstrumentista Santiago Ulises Montero. Corría el año 1987 y Gabinete Caligari ya era un grupo famoso gracias a éxitos como "Cuatro Rosas" y "El calor del amor en un bar", pero "Camino Soria", que presentaron en una gira que duró casi todo 1988, fue su disco más redondo y clásico. Urrutia asegura que lo sigue escuchando hoy en día.

A las ventas del álbum (más de 300.000 discos, cifra inpensable hoy en día para cualquier artista español) contribuyó decisivamente el éxito de "La sangre de tu tristeza", con una música animada que se coló en las discotecas pese a su letra inequívocamente melancólica. También "Tócala, Uli", con ese alegre ritmo motown en homenaje al amigo fallecido, "Suite nupcial" y "Pecados más dulces que un zapato de raso", coescrita por Urrutia con el poeta Eduardo Haro-Ibars, fallecido un año después víctima del sida. Y también, cómo no, "Camino Soria", una canción de seis minutos y medio pero que ilustres de la radio musical, como el llorado Joaquín Luqui y el gallego Jesús Ordovás, no tenían inconveniente en radiar pese a su duración.

Según ha reconocido el exbatería de Gabinete Caligari Edi Clavo, autor del libro sobre "Camino Soria", sacó el ritmo de "Camino Soria" de "I'm only sleeping", la canción de los Beatles incluida en "Revolver" (1966). Esteban M. Hirschfeld, que le puso unos teclados como de iglesia, se inspiró en "Fly me to the moon", de Frank Sinatra, para los acordes iniciales. Esos aires eclesiásticos hicieron que el título preliminar de la canción fuera "Ponte la casulla", según contó el propio Hirschfeld en un magnífico documental sobre la canción que emitió La2 de TVE hace unos años, "Camino Soria, la mitad invisible", y disponible en YouTube.

Lo de Soria nació, según Jaime Urrutia, como una reivindicación de lo patrio frente al cosmopolitismo de la Movida. Una ciudad española en contraste con "Groenlandia" ( Zombies), "Lobo hombre en París" ( La Unión) y "No hay marcha en Nueva York" ( Mecano). En principio iba a ser Cuenca la elegida, pero la ciudad de las casas colgadas tiene una rima imposible. No así Soria, que rima con "historia", "memoria" y "gloria". Solo Ferni Presas había visitado la antigua Numancia, los demás se interesaron por ella a través de un reportaje de la revista "Primera Línea". Además, Urrutia estaba leyendo por aquel entonces las "Rimas y leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer, que había ambientado algunos de sus relatos, como "El monte de las Ánimas" (1861), en esa ciudad castellana. Incluso negociaron con el ayuntamiento soriano un videoclip con imágenes de la población, pero la negociación no prosperó.

Ha contado el periodista musical Charly Hernández que la mujer a la que se puede atribuir la melancolía de "Camino Soria" era -es- la soprano ibicenca Teresa Verdera, hermana de Juan Verdera, entonces bajista del grupo Derribos Arias. Fue novia de Jaime Urrutia durante cuatro años y tocó el clavicordio en "Cuatro rosas" y las castañuelas en "Que Dios reparta suerte", amén de otras colaboraciones con Gabinete Caligari.

Fotos de resaca

De la portada de "Camino Soria" se encargó el artista Pablo Sycet, que recibió el encargo del grupo de emular la del "Álbum Blanco" de los Beatles. Y las fotos del interior, espléndidas, las sacó el famoso fotógrafo Alberto García-Alix, que retrató al trío a la ribera del Duero, en Soria, y de resaca. Otro artista colaborador de Gabinete, José Alfonso Morera, El Hortelano, autor de la portada de "Al calor del amor en un bar", acompañó al grupo a la ciudad y le entregó una cinta del máster de "Camino Soria" al pincha de un bar local. Los sorianos que escucharon la canción no se lo podían creer.

Otra de las anécdotas más curiosas en torno al lanzamiento del disco es una que cuenta Edi Clavo en su libro. El viernes 25 de septiembre de 1987 él y Urrutia presenciaban una corrida de toros en el tendido 5 de la plaza de Las Ventas cuando Jaime Urrutia, cansado de una faena tediosa, y con una Mahou en la mano, le aseguró que iba a lanzarse al ruedo. "¡Esto es inaguantable y yo me tiro de espontáneo!", exclamó. Rafi Camino, por entonces muy popular por su romance con la exuberante cantante Samantha Fox, lidiaba el cuarto novillo de la tarde, de la ganadería de Felipe Bartolomé. Urrutia, al que siempre le ha gustado la etiqueta de "rock torero" para Gabinete porque le diferenciaba del resto de los grupos, dijo que aquello iba a ser el acto promocional perfecto. "Yo ahora me lanzo al ruedo de espontáneo -prosiguió de Urrutia-, le pego un par de pases al novillo aborregado con mi chaqueta, me sacan del ruedo los subalternos, me lleva la policía detenido a la comisaría, pago la multa y mañana salimos en todos los periódicos, promoción de primera, un notición: 'El cantante del grupo de rock Gabinete Caligari, Jaime de Urrutia, detenido ayer en la plaza de toros de Las Ventas por lanzarse al ruedo de espontáneo durante la lidia del cuarto novillo de la tarde'". "La verdad es que Jaime tenía toda la razón; iba a ser un notición", apunta Edi Clavo en su libro. Afortunadamente para la integridad física del músico, un picador les descubrió cuando él y Clavo se habían colado en el callejón: "¡Que aquí no se puede estar, que voy a llamar a los guardias!", y ambos hicieron mutis hacia la salida.

No hicieron falta temeridades taurinas para colocar a "Camino Soria" en la cumbre del rock español. Gabinete Caligari grabó otros cuatro trabajos más, pero nunca llegó ni de lejos a conseguir semejante calidad ni repercusión, y terminó por disolverse a finales de los noventa.

Después de Machado y de Bécquer, Gabinete Caligari volvió a poner a Soria en el mapa cultural. Las negociaciones con el ayuntamiento soriano mostrar la ciudad castellana en un videoclip no cuajaron, pero Soria ya tenía una campaña de promoción impagable, gracias a que una obra maestra imperecedera de la música española llevaba su nombre.

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