El cómico y presentador Eduardo Aldón es, probablemente, la persona que más sabe de los años ochenta en España. Volver a aquella época está de moda, vuelve lo vintage, y hasta los frikis ochenteros molan y ¬mucho.
Lo de Aldón con los 80 es "puro vicio", tanto es así que en su casa tiene un museo en el que ha recogido cientos de piezas de aquellos años y que ha ido sacando de aquí y de allá, "de rastrillos de mercadillos, de colegas".
Asegura que es consciente de que ha llegado un punto en el que tiene que parar, pero de momento prefiere ir dejándolo pasar. ¿Cómo no va a recoger un tebeo de Zipi y Zape si tiene la suerte de que le cae en sus manos?, ¿Acaso es malo adorar la época en la que creciste y fuiste tan feliz?
Su "museo de la nostalgia", como él mismo lo llama, le hace feliz y sentir que aquellos tiempos pasados fueron mejores, tiempos en los que se jugaba en la calle, nadie llevaba coderas ni casco para salir a patinar o andar en bici, había postillas en las rodillas de todos los niños, las meriendas de cumpleaños se hacían en el patio y no había ni un atisbo de la era digital.
Eran otros tiempos, pero cada vez son más los que echan de menos los años 80, y no, no nos referimos a la Movida madrileña, sino a todos aquellos objetos que marcaron nuestra infancia, que nos hicieron felices y que echamos de menos en los quioscos, en las tiendas y en los bares.
Eduardo Aldón ha charlado con FARO y desgrana los veinte básicos para volver a los 80. "Son cosas que todos recordamos. ¿Quién no se acuerda de ' Barrio Sésamo' con Espinete y Don Pimpón, o de los payasos de la tele? ¿Alguno de nosotros no disfrutó viendo el ' 1,2,3'? Era un programa de entretenimiento genial que marcó toda una época", explica Aldón.
En cuanto a juguetes, dice el experto en años 80, que fueron "lo más": el Cinexin, que te permitía pasar películas de dibujos animados en la pared y apagar las luces de la habitación y que pareciese un auténtico cine. El Blandi Blub, aquella especie de moco verde maravilloso "que nos hizo a todos divertirnos y hacer bromas. Tenía una textura de moco, pero molaba", confiesa el humorista.
Y luego estaban: el Scalextric y los modelos de aviones " Vestra". Los clicks de Playmobil no tenían nada que ver con los de ahora, "pero si les apretabas la cabeza se le daba la vuelta y cerraban los ojos", dice Aldón. ¿Y para comer? Ahí estaban los Sugus, los Lacasitos, las Panteras Rosas con su crema blanca por dentro, y la Nocilla de fresa. Porque si de una duda capital ha resuelto Aldón es ésta. ¿Existió de verdad la Nocilla de fresa? "Claro que sí, otra cosa es que estuviese buena, pero la hubo", señala el experto y humorista.
Y no hay nadie que haya crecido en los 80 que no haya visto " Verano azul" y que no haya llorado con la muerte de Chanquete, o que no le gustase o " Candy Candy" o " Mazinger Z".
"Aquella televisión tenía algo especial, había pocos canales y sabías a qué hora ponían cada cosa y no te perdías nada. La sociedad evoluciona, pero yo creo que los que hemos crecido en los años 80 somos muy felices y tenemos esos recuerdos ahí que nos devuelven a la infancia y nos hacen verla con nostalgia y cariño", relata.
Los años 80 son inagotables. "¿Qué me dices de los Risketos, de la Pitufa Cola y la Mirinda?" No faltaban en ninguna merendola que se preciase. Igual que tampoco faltaba un tren de la bruja en cada feria. "Cómo molaba subirse e intentar esquivar el escobazo", dice Aldón, un apasionado de los 80 que, si pudiera, volvería al pasado, pero se conforma con su museo de la nostalgia donde a veces canta aquello de "Dragones y mazmorras, un mundo infernal, se oculta entre las sombras, la fuerza del mal"... Si sabes seguirla, eres de los 80. Estás dentro.
