Es uno de los núcleos rurales mejor conservados de la provincia de Salamanca, lleno de encanto y rodeado de un paisaje natural deslumbrante. La Sierra de Candelario está formada por espectaculares bosques de robles y castaños a más de dos mil metros de altura. En el entorno abundan nutridas alamedas, fresnedas, abedulares y numerosas especies que configuran un valioso sotobosque donde habita el gato montés, la garduña, la jineta o el tejón. La Sierra de Candelario ha sido declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.
El pueblo conserva todo el encanto de la arquitectura tradicional con varios siglos de existencia. Tierra de sierra, de ríos y nieve en invierno, la villa se despliega entre calles empinadas, casas de piedra, plazuelas y rincones angostos llenos de magia. La pureza de su arquitectura popular se deja ver en las batipuertas, los aleros pronunciados, las solanas y los miradores de madera entre muros de piedra.
Este bello municipio con sus magníficos ejemplos de edificaciones tradicionales mereció que en 1975 fuese declarado Conjunto Histórico-Artístico. Lugar de largo pasado, al llegar es la ermita del Cristo del Refugio la encargada de dar la bienvenida al visitante, con su crucero de piedra enfrente. Después, la trama urbana se adapta a su topografía en ladera, con las calles principales en el sentido de la pendiente, y así van apareciendo plazas como la del Humilladero y edificios como el del Ayuntamiento, del siglo XIX.
En arquitectura religiosa el edificio más destacado es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI. En su interior conserva un notable artesonado mudéjar y destaca también su rosetón gótico y las tablas del siglo XVI. Señera en lo alto de la Cuesta de la Romana y a la que se accede por una larga escalera, sus muros son de mampostería y sillería bien labrada. En los alrededores se encuentran parajes como la Cruz del Herrerito, un amplio espacio natural con bosques de pinos y bellas vistas.
A sus muchos atractivos, Candelario suma el pertenecer a la Ruta de la Plata, que siempre presenta buenas razones para la escapada, ya sea por la naturaleza, el patrimonio o la gastronomía. En esta zona se conservan también interesantes muestras de la primitiva Calzada de la Plata, como losas o miliarios.
Aparte de Candelario, en el tramo salmantino la Ruta presenta dos interesantes conjuntos históricos como son Béjar, ciudad ducal y centro comarcal; y Montemayor del Río, con su castillo convertido en centro de interpretación del Medievo.
