Riad Sattouf es sin duda uno de los autores humorísticos más destacados de Francia. Conocido colaborador de la revista Charlie Hebdo, ha destacado con obras cómo "La vida secreta de los jóvenes" (La Cúpula), "Manual del pajillero" (La Cúpula) o una de sus obras más reconocidas, " Pascal Brutal" (Norma Editorial), retrato del gallito de corral desternillante. Estos trabajos lo han encumbrado como uno de los autores más importantes del mercado galo, sin embargo sus mejores títulos, si cabe, estaban por llegar, y matizan su inherente querencia por lo humorístico instalando dos obras en nuevos terrenos con el mismo magisterio con el que sienta cátedra en el humor.
En primer lugar hay que mencionar "Los cuadernos de Esther", editados por Sapristi, cuyo segundo volumen se subtitula "Historias de mis 11 años". El primero se subtitulada, lógicamente, "Historias de mis 10 años". Sospechamos que el tercero se subtitulada "Historias de mis 13 años". Y esto es así porque el autor está con esta serie realizando lo que podríamos denominar un work in progress: álbum atrás álbum, y durante 8 libros, a año por volúmen, va a retratar la vida real de una niña/mujer real: Esther.
Todo son pericias en cada uno de estos (de momento) dos álbumes. El dibujo de Sattouf es exacto en la caracterización de sus personajes. Sus páginas son ricas en información y reservan una lectura densa y sin embargo "Los cuadernos de Esther" se configuran como una sucesión de cuentos muy sencillos, sonetos breves en forma de página de cómic. Son pequeñas anécdotas autoconclusivas siempre basadas en una historia real contadas por Esther a la edad indicada en el subtítulo del álbum. Historias íntimas narradas en primera persona por la niña, que el autor tiene la habilidad de hacernos sentir vívidamente al lograr el retrato de las inseguridades (y las certezas) propias de la edad de Esther. En plata, el genio de Riad Sattouf radica en esta serie en su capacidad de hacernos ver el pensamiento (y ahora el crecimiento) de una niña real que va a transitar entre los 10 y los 18 años, sin duda la etapa más delicada en la formación de todo ser humano.
Saber mirar, saber escuchar, saber transmitir, saber plasmar. Estas son las cuatro claves para entender la altura, en estos momentos no igualada por demasiados autores, de este francés de madre gala y padre sirio. Esta circunstancia de doble nacionalidad es el eje vertebral de su otra obra maestra. Quizás la gran obra maestra de un autor de muchos trabajos sobresalientes. "El árabe del futuro" (Salamandra Graphic) es la autopsia de Sattouf a su propia infancia, a sus numerosos entornos (Francia, Siria y Libia), a su madre y especialmente a su padre, un hombre cuya complejidad contradictoria no es jamás escondida por el dibujante.
Complejo tercer mundo
Quién haya leído los dos anteriores volúmenes de "El árabe del futuro" sabe en qué punto nos encontramos en este tercer libro ?subtitulado " Una juventud en Oriente Medio( 1985-1987)"?. La mirada de Riad Sattouf nos desvela las miserias de un complejo Tercer Mundo vivido y sufrido (complejo porque no resulta un paisaje plano, en absoluto, sino cargado de matices). La obra evidencia de un modo descarnado para el lector (sufrido lector, en ocasiones) la dura vida en el colegio, la realidad de un padre que mira hacia otro lado, el deterioro paulatino, casi imperceptible, de una madre que ha renunciado a Occidente, el amor de los familiares, los juegos con los amigos en un entorno de pobreza, la brutalidad del profesorado?
Pero además en esta tercera parte Sattouf está más afinado que nunca. La narración precisaba de una nueva dinámica dramática tras la presentación del primer volumen y la constatación del segundo. Reclamaba nuevos hechos, nuevas circunstancias, tensiones narrativas que quizás no surgían hasta ahora por la honradez de estar escribiendo un verdadero diario personal (y la cosas son lo que han sido, y no otras). En este tercer volumen sin embargo parece que los acontecimientos se precipitan con nuevas situaciones y un futuro que augura un cuarto álbum importante.
Fascina, en definitiva, saber que estamos siendo testigos en tiempo presente del nacimiento y crecimiento de dos obras que ya huelen a estrella Michelin, por usar un término culinario. Y conviene recordar la bendita suerte que tenemos de poder vivir un momento tan importante para el cómic. Este, tras obras tenidas como cúlmenes de la autobiografía "interesante" como lo son "Paracuellos" (de la autoría de Carlos Giménez, quien por cierto sigue en la brecha publicando nuevas entregas de sus memorias), "Maus" (de Art Spiegelman) y "Persepolis" (de Marjane Satrapi, posiblemente la más cercana a la obra de Riad), es capaz de permitirnos el lujo de este "Árabe" del futuro" y de esa construcción en el tiempo que es la vida de la niña Esther.
