El concello luso de Arouca es hermoso, lleno de aire puro, ríos y aldeas típicas detenidas en el tiempo. Es también uno de los municipios que engloba el territorio de las Montanhas Mágicas -junto a Castelo de Paiva, Castro Daire, Cinfães, São Pedro do Sul, Sever do Vouga y Vale de Cambra-, un paraje encantado envuelto por sierras y lugares de excepcional valor natural y cultural. Uno de ellos es la Frecha da Mizarela, la más alta y una de las más bellas cascadas de Portugal continental.
Para explorar esta zona existe la Rota da Água e da Pedra, dividida en nueve trayectos -o "linheas"-, que permiten un conocimiento pormenorizado de estas montañas sin igual. Este itinerario señala más de cien puntos de visita obligada en la inmensidad de las serranías comprendidas entre el Douro y el Vouga, con más del cincuenta por ciento del territorio dentro de la Red Natura 2000.
La Serra da Freita -donde se encuentra la cascada de Mizarela- alcanza 1.085 metros en São Pedro Velho, y es el punto más alto del macizo de Gralheira. Aquí el río Caima se proyecta a más de setenta metros de altura, en un espectáculo natural digno de ser contemplado, tanto al pie de la misma cascada -hay camino para llegar abajo- como desde el mirador en lo alto.
Quien hasta aquí suba no puede marcharse sin dejar de acercarse hasta la aldea de Castanheira, donde tiene lugar el fenómeno de las "pedras parideiras", pequeños trozos de granito que se sueltan de la piedra madre, en el que es un fenómeno geológico único en el mundo. El Centro de Interpretación existente ayuda a comprender -en tres dimensiones- la historia de la Tierra y, en particular, las profundas transformaciones experimentadas al final del Paleozoico. Toda la riqueza natural y cultural que encierra este concello está integrada en el Geopark Arouca, un territorio auspiciado por la Unesco como Patrimonio Mundial.
Tallado en "xisto", el geoparque encierra paisajes deslumbrantes que narran más de quinientos millones de años del pasado del planeta. La Serra da Freita esconde muchas otras sorpresas, tanto naturales como patrimoniales. Es una sierra encantada en la que hay molinos, huellas de trilobites, miradores como los de São Pedro Velho y aldeas tradicionales que bordean las montañas como Felgueira o Castanheira.
Hay mucho más que ver en estos inmensos y bellos parajes de las Montanhas Mágicas -certificado como destino turístico sostenible desde 2013-, como los famosos pasadizos del Paiva, que atraviesan la garganta del río menos contaminado de Europa a través de pasarelas de madera. Pero esta será otra historia.
