Su gran cabeza aplastada y su cola lo convierten en un "feo" irresistible. Porque sin duda el peixe sapo es uno de los favoritos en la mesa por su textura suave y firme que recuerda al marisco.
Tiene una boca que le ocupa gran parte de la cabeza y le confiere su aspecto singular. Vive en fondos arenosos a profundidades entre 300 y 1000 metros. Habita en todos los océanos y su color suele ser gris o marrón oscuro. Se alimenta de pequeños peces y crustáceos diversos, además de cefalópodos y equinodermos. Su carne protagoniza multitud de recetas, además de la caldeirada, como el rape con patatas y ali-oli, con patatas y pimientos, en salsa verde, al horno o al pimentón. Sus posibilidades en la cocina son tantas como la creatividad ofrezca: guisado, al vapor, rebozado, frito o a la plancha, en salpicón, con o sin verduras, hortalizas, con especias?Y su cabeza puede ser materia prima de excelsas sopas de pescado.
Este pez con nombre de batracio es un pescado blanco que contiene proteínas de alto valor biológico, además de vitaminas -varias del grupo B, como la B1, B3 y B9- y minerales como potasio, fósforo, magnesio y hierro. Apenas tiene grasa -2 gramos por cada 100 de porción comestible- lo que le hace idóneo para cualquier dieta. Tampoco tiene espinas, por lo que es ideal para niños y mayores.
Para la ocasión, un local centenario como Casa Rosita de Cambados propone un guiso de rape y rape a la milanesa como los de la foto, a cada cual más suculento.
