Cuando las estrellas derrochaban glamour en Cannes, corría un soplo de viento que quería cambiar el cine, la "Nouvelle vague", pero uno de sus símbolos, Godard, lo relegaría en pos de ideales más revolucionarios. Ese momento de transición vital (e histórica), paralelo a su segunda boda y narrado en la autobiografía de esa esposa, Anne Wiazemsky, es el elegido por el director de "The artist" para "desacralizar" el mito. O más bien de usarlo como material para una comedia que homenajea (¿o parodia?) el estilo y el estilismo de la época y del realizador y le retrata como a un genio cascarrabias cuyo punto débil es el amor. Desvergonzada y divertida manera de conocer a Godard.