Faro de Vigo

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Mero, el rey de los océanos

Apreciado como manjar ya desde la época de los romanos, este pez posee una de las carnes más finas, suaves y sabrosas del mar

Sali Castro, del restaurante Faro de Punta Cabalo, en A Illa, con un hermoso ejemplar de mero. // Iñaki Abella

De la mar, el mero, y de la tierra, el cordero, reza el dicho popular. Delicado y sabroso, el mero puede presumir de paladar y de valor nutricional. Aporta tan solo 86 calorías por cada 100 gramos, posee proteínas de gran valor biológico y es rico en vitaminas y en sales minerales. Además tiene grandes posibilidades culinarias a la hora de su preparación.

El mero es un pez grande, amigo de vivir aislado en zonas rocosas donde abunden las cuevas y los recodos. Tiene forma ovalada y lados aplanados, labios gruesos y mandíbula pronunciada. Se alimenta de cangrejos, peces pequeños, sepias y otras presas que le confieren su preciado sabor. Habita en el mar Mediterráneo, en el océano Pacífico y en aguas del Atlántico, puede llegar a medir hasta un metro y medio y alcanzar hasta cincuenta o más kilos.

Puede presumir también de ser uno de los grandes protagonistas en la mesa a lo largo de la historia. Los romanos realizaban con este pescado recetas selectas para consumir durante sus Cenae, mientras que durante la Edad Media se cocinaba en las localidades costeras. La dificultad de su transporte hacia las poblaciones del interior influía en su conservación. En el libro "Arte Cisoria" del Marqués de Villena (siglo XV) se le mencionaba como alimento habitual, especialmente en las mesas de la realeza. A partir del siglo XVII, el hielo posibilitó que llegase en buen estado a localidades de tierra adentro.

Habita entre los 40 y 400 metros de profundidad de las costas gallegas. En edad joven puede vivir en cotas menores, pero a medida que cumple años le gustan los espacios más al fondo. En la cocina admite numerosas preparaciones, como las que ha elaborado Sali Castro, del restaurante Faro de Punta Cabalo, en A Illa de Arousa, un establecimiento donde se ve y se paladea el mar. Las propuestas para la ocasión son mero al horno con verduras encurtidas en soja y guiso de mero con habas y almejas. En tan evocador Faro los platos saben aún mejor acompañados de las magníficas vistas que se divisan.

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