"More humans than humans" era el lema de la Tyrell Corporation y también parece la ambición del equipo que resucitó a los cazadores de androides perfectos. "Blade Runner 2049" les salió un replicante bastante digno, al menos en la atmósfera, donde resulta "más Blade Runner que Blade Runner". Porque a su belleza apenas se le pueden imputar tachas. Villeneuve ya ratificó en "La llegada" que Kubrik tenía razón: la apariencia importa. Pero los replicantes poseían además un alma poética, misteriosa, de las que crean monólogos de lágrimas, y en esta secuela no hay tanta sutileza. Para compensar, aquí se sueñan especiales. Y eso también los hace más humanos que los humanos.