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El "nesting", nada como el hogar

La moda de pasar los fines de semana en casa crea fanáticos de la decoración

Mesitas auxiliares.

Quedarse en casa todo el fin de semana ya no es de gente sosa y aburrida. Al menos eso es lo que preconiza la nueva tendencia que en el mundo anglo se llama "nesting" (por aquello de que nest significa nido) y que encuentra su precursora en el "cocooning" de los años ochenta.

Hoy más que nunca cobra realce la famosa frase: "En mi casa soy el rey", o la reina, faltaría más... Cuántas veces habremos escuchado esa expresión que trata de transmitir lo bien que se está en la paz del hogar. Si encima ese ambiente apacible se rodea de piezas bonitas y confortables, las excusas para no salir están servidas.

Y es que al hilo de esta corriente, que para algunos es toda una filosofía de vida que siguen sin saberlo, se desarrolla un estilo decorativo que busca la máxima comodidad con buenas piezas de mobiliario, textiles de calidad y mucho mueble auxiliar.

Y es que una tarde de sofá requiere unas bonitas bandejas, mesitas auxiliares, mantas y mullidas alfombras en las que dejar caer los pies cuando se abandona la posición horizontal. Las lámparas, de mesa o de pie, son otro elemento imprescindible para la sala de estar, que también se llena de flores y plantas, tal vez para compensar la ausencia de ambiente natural en el que aspirar los aires del mar o la montaña.

La moda de quedarse en casa incluye expediciones a la cocina para tratar de emular a los chefs de verdad. Tampoco hace falta lanzarse a preparar crème brûlée, ni nada por el estilo. Unas sencillas galletas o magdalenas serán el pretexto ideal para estrenar un coqueto delantal con estampado Liberty o esos paños que da pena estrenar por miedo a que se arruguen.

La cara "B" del "nesting" es su correspondiente trasfondo en las redes sociales. Hay quien no considera el fin de semana completo si no cuelga en sus múltiples páginas unas cuantas instantáneas de libros (si son en idiomas extranjeros y en buenas ediciones mejor aún ), juegos de té y bandejas llenas de delicias. Eso sí, ya de hacerlo, por lo menos, mejor colocar bien los cubiertos.

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