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GASTRONOMÍA

De tapa en tapa

Están en plena efervescencia en la gastronomía; tanto, que incluso se habla de la revolución de los pequeños platos. Han llegado para quedarse y, sobre todo, para saborearlos

Iñaki Bretal con una suculenta elaboración de la tapería Loaira de Pontevedra // Gustavo Santos

Las tapas están en pleno auge. De siempre han sido un aperitivo que acompaña el momento antes de comer pero hoy son mucho más. La ebullición de los llamados "pequeños platos" es uno de los motivos -aparte de la calidad- de la fama internacional de la gastronomía española. Y Galicia, tierra de buen comer, no es ajena a la diversidad, versatilidad y sabor de unas elaboraciones que conquistan todos los paladares.

Las hay de todo tipo: ligeras, coloristas, sofisticadas o más simples pero siempre suculentas. Su aparición en la mesa genera una sonrisa en la cara y una expectativa. Y aunque ahora están de moda, existen desde siglos atrás. Porque si hay historia, esa es la de la tapa. Se dice que Alfonso X El Sabio dispuso que en los mesones castellanos se sirviera algo de comer para acompañar el vino, pues así se "tapaban" sus efectos menos deseados. Otras teorías aventuran que a Fernando II de Aragón le "taparon" el vaso en una taberna plagada de moscas para que ningún insecto alado se colase en la real copa. La tapa no era otra cosa que una loncha de jamón. Una anécdota parecida, pero con viento y polvareda, se cuenta en una época más reciente, con Alfonso XIII de visita en Cádiz, con el fin de que su recipiente no se llenase de arena.

El origen de la tapa daría para escribir un libro. Cervantes las denomina "llamativos" y Quevedo "avisillos". De los cientos de leyendas que circulan, ninguna tiene base documental, aunque lo cierto es que tal costumbre nacional se ha convertido en marca y símbolo gastronómico de España. Tanto nos apasionan que hay chefs especializados en los pequeños platos y establecimientos con tapeo tan diverso como suculento. Y tal es su éxito que incluso hay fiestas y circuitos en su honor.

Lo mejor de la gastronomía gallega también está en imaginativas tapas. Iñaki Bretal, titular de los fogones del restaurante Eirado da Leña y de Loaira, en la Praza da Leña pontevedresa, propone suculencias como la de la foto: tataki de vaca de Bandeira (con soja, jengibre, Módena y algún otro aderezo), además de otros bocados como bolitas de cordero con garam masala, cilantro y perlas de tapioca o tacos de atún con salsa de pimentón y encurtidos.

Rutas de tapas hay muchas, aunque guiados por la actualidad culinaria, algunos de los establecimientos donde recalar -además de Loaira-, podrían ser la vinoteca y tapería Bagos, ambas en Pontevedra, y Patouro, Ruxe Ruxe, o Mala Uva, estas tres últimas en Vigo. En A Coruña dejan buen gusto los guiños a las cocinas del mundo de Arallo Taberna (bajo la dirección gastronómica de Iván Domínguez) o Abastos 2.0 en Santiago de Compostela.

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