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En caída libre

En la Serra D´Arga, entre Viana do Castelo y Caminha, el río Âncora se precipita en poderosa catarata sobre una hermosa piscina natural. Es la idílica Cascata do Pincho, uno de los tesoros de esta tierra de agua y roca

Camino de subida

Vila Praia de Âncora es una de las parroquias más hermosas del litoral caminhense. Decir su nombre es hablar de historia, playas, paisajes y monumentos en un entorno único, rodeado de mar y río. Y aunque es famosa por sus largos litorales de arena fina, hacia el interior guarda joyas como las Cascatas do Pincho, en la Serra D'Arga, entre Caminha y Viana do Castelo, un conjunto de caídas de agua y de piscinas naturales que forma el río Âncora en su camino hacia el Atlántico. Su imponente belleza y valor paisajístico se suman al encanto del lugar.

Hay varias formas de llegar a O Pincho. Una de ellas es desde la parroquia de Amonde hasta encontrar el camino con la señal que indica la subida. Se trata de una pista adoquinada que lleva hasta la cascada. Al comenzar el camino de tierra lo mejor es dejar el coche y seguir a pie los 200 o 300 metros que conducen al río. Merece la pena subir para disfrutar de la hermosura del lugar y de un refrescante baño en sus aguas cristalinas, no solo en las pozas, sino en los muchos remansos que forma el río.

Además de las vistas y del agua, en el recorrido aparece un puente romano, capillas, fuentes y molinos. En Amonde se encuentra el puente medieval de Tourim, en un viejo camino que se dirige a Lanheses, con "alminhas" y un cruceiro, ruta de paso del Camino de Santiago.

El río Âncora nace en la parroquia de São Lourenço da Montaria (Viana do Castelo) y recorre más de veinte kilómetros para desembocar en la villa a la que da nombre. Por sus márgenes se pueden admirar paisajes naturales exuberantes y una gran diversidad de especies de fauna y flora. En São Lourenço merece la pena conocer su iglesia barroca y manierista de nave única y su interior con retablos de talla dorada. Desde este templo es posible partir para hacer alguna de las rutas posibles en el entorno, pasando por una calzada medieval que sube hasta el santuario de Nossa Senhora do Minho, desde donde se observa una de las mejores panorámicas de la zona. La vista alcanza el monte Tecla, Caminha, Vila Praia de Âncora, Viana do Castelo, Ponte de Lima y la Serra Amarela. Desde el mismo punto (iglesia de São Lourenço) y con el nombre de "Trilhos da Montaria" es posible hacer otros interesantes trayectos.

Para saber de los muchos caminos y posibilidades que tiene la montaña es necesaria una visita al Centro de Interpretação da Serra da Arga. Después espera Vila Praia de Âncora, con su esencia de pueblo pesquero y sus muchos monumentos. El Forte da Lagarteira es uno de los atractivos culturales más visitados de la villa, tanto por la colección de armas históricas que conserva como por su ubicación a la misma orilla del puerto. Caminando por el borde litoral aparece un magnífico paseo marítimo perfilado por un arenal de varios kilómetros.

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