Mientras lo políticamente correcto avanza, inexorable, y amenaza con borrar del mapa cualquier vestigio de pensamiento divergente, un reducido grupo de humanos resiste, Daniel Clowes entre ellos, y no faltan directores ávidos de trasladar sus ácidas y simpáticas novelas gráficas a formato cinematográfico. Lo hizo Terry Zwigoff con la cáustica y lúcida "Ghost World", a la que siguió "El arte de estrangular" (que no llegó a las salas), y ahora toma el relevo el casi recién llegado Craig Johnson, cuyo mayor acierto reside en darle el papel protagonista a un actor que lleva la incorrección en la sangre, Woody Harrelson. De vez en cuando está bien gruñir un poco y enseñar los dientes.