Tabuaço es paisaje Patrimonio de la Humanidad, pues es concello perteneciente al territorio del Douro Vinhateiro, esa geografía de bancales vertiginosos asomados al río que constituye la más antigua región demarcada del mundo. Aquí el río Duero y sus afluentes, el Tordo, el Tedo y el Távora realzan la vida y la belleza de cada una de las 17 parroquias que conforman este municipio luso lleno de historia y de leyendas como la de la fortaleza inexpugnable de Cabriz.
Se puede partir de Tabuaço para llegar a Chavães y parar para admirar sus muchos atractivos: alminhas, capillas, molinos, cruceiros, castros, el pelourinho, la iglesia?
La carretera continúa hacia terrenos más altos hasta llegar a Sendim, parroquia con el cielo como horizonte y el río Távora brillando, suspendidas sus aguas en el embalse do Vilar. Hay mucho que ver en este importante lugar, como la imponente iglesia de Santa Maria, asentada sobre una necrópolis paleocristiana, de la que aún hay sepulturas visibles en el atrio. En el ángulo norte todavía permanece un marco de la Universidad de Coimbra, que señalaba su patrocinio sobre la iglesia desde el siglo XVI. En el entorno se encuentran varias capillas interesantes. Ya en el lugar do Paço, dos importantes residencias del siglo XVIII afirman el poder de las hidalguías antiguas. Desde aquí es posible hacer la ruta a pie por el PR-7.
Con el río Távora a la derecha aparece Cabriz, donde se puede descender en coche hasta el atrio de la capilla de Santa María Magdalena, construida en 1777. Detrás de la ermita hay unos peldaños en la roca que acceden a una fuente, en realidad una hendidura en la piedra de la que brota agua. La gente del lugar lo llama "O Milagre".
Pero lo verdaderamente significativo de Cabriz y a lo que debe su fama es a sus Três Castelos y a su leyenda asociada. Son tres gigantescas masas rocosas de gran belleza, rodeadas por un brazo de rio y de tan difícil acceso que la imaginación popular ideó una historia, la de los caballeros cristianos Dom Rausendo y Dom Tedon, que se recogían en estas fortalezas inaccesibles con sus hombres, para descanso y entrenamiento durante las luchas con los moros.
La subida es posible hasta la cima de cada uno de los tres castillos imaginarios. El esfuerzo merece la pena por el deslumbrante paisaje que se observa con el río al fondo. Además la magnitud del espacio y las innumerables formaciones rocosas no hacen sino aumentar la belleza del lugar. Tras descender aún es posible visitar mucho más en estas bellas tierras que cambian de color con las estaciones, como Paradela y su iglesia y otro interesante monumento de la naturaleza, A Pedra do Cavalo, una figura zoomórfica con inscripciones rupestres.
Después de descender a la EN 323 y recorridos casi dos kilómetros se llega al cruce de Granjinha, localidad con una joya arquitectónica como la antigua ermita de São Pedro das Águias, construida en un balcón tallado sobre el río Távora y de robusto románico.
