El sueño de la hibridación en el cine puede producir monstruos, a veces de una deformidad manifiesta, aunque esa anomalía suscite fascinación, como "Personal Shopper". Assayas mezcla moda y fantasmas digitales, una combinación tan osada como la de Winding Refn en "The Neon Demon". Pero si el danés opta por lo críptico, la psicodelia y lo gore, el francés, que parece convertir a Kristen Stewart en su actriz fetiche, se queda más pegado a la realidad y al prosaico whatsapp, que compite en relevancia con la crisis de identidad de la protagonista. Pero es ese indagar en quiénes somos y quién querríamos ser y en qué medida la apariencia nos marca lo más interesante de la película.
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