Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

León Benavente: "Al principio no había con qué compararnos"

La etiqueta de supergrupo que cimentó el lanzamiento de su álbum de debut en 2013 ya no es necesaria para situar las formas musicales que arropan la excelente segunda entrega, "2", de León Benavente, que hoy actúa en Cans

De izda. a dcha., Abraham Boba (voz y teclado), Luis Rodríguez (guitarra), Eduardo Baos (bajo) y César Verdú (batería). // Ricardo Grobas

No hace falta mentar que Abraham Boba (voz y teclados) y Luis Rodríguez (guitarra) son músicos de la banda de Nacho Vegas; que Eduardo Baos (bajo) es parte de Tachenko; y que César Verdú (batería) golpeaba las baquetas en Schwarz. Canciones como "California", "Tipo D", "Gloria" o "Aún no ha salido el sol" hablan por sí solas. El guitarra Luis Rodríguez habla del estado de forma de León Benavente, que esta tarde acúa en el Festival de Cans.

- El segundo disco de León Benavente fue lo mejor de la cosecha nacional de 2016, y este año y en plena gira llegaba el Ep "La selva" con nuevos temas.

-Es una práctica que ya hicimos con el disco anterior, cuando sacamos el primero de León Benavente. A mitad de gira nos gusta sacar como un pequeño Ep, algo que ya hacía Nacho Vegas, lo que él llama los "hermanos pequeños", que son discos en los que para nada son descartes ni restos de la grabación del disco grande, pero es algo que nos gusta. Es un formato menos comprometido, quiero decir que te lo tomas con más libertad que con el disco. Sobre todo, porque llega un momento en el que te apetece hacer más canciones.

- La etiqueta de supergrupo ha quedado atrás con esta segunda entrega, donde emerge, por razones obvias, una personalidad musical propia, que no necesita del parentesco de cada uno de los músicos.

-Al principio éramos un grupo que, a pesar de ser más o menos conocidos en la escena por nuestros trabajos con Nacho Vegas, Abraham Boba en solitario, Tachenko y Schwarz, estaba claro que no había con qué compararnos. La etiqueta esta de supergrupo fue algo que dijo alguien con la que tampoco nos sentimos nada identificados.

- ¿No supuso una presión añadida?

-No, porque teníamos claro lo que queríamos hacer sin más. Ahora, y después de llevar casi 150 conciertos del primer disco, a la hora de encarar la grabación del segundo había un background, un desarrollo como grupo, una forma que al principio no había. Somos un poco aparte de las etiquetas, la presión está en la forma de hacer canciones que nos convenzan a nosotros.

- Lo que sí es palpable es una evolución hacia un sonido motorik , muy germano, en la onda de bandas como Schwarz.

-Puede haber algo así, pero no es una evolución pensada de antemano, sino más la consecuencia de llevar tres años de gira juntos, conociéndonos y eso inevitablemente se va a colar en la forma de hacer las canciones, y quiero seguir pensando que cuando hagamos un tercer disco pues sea de otro tipo, que se note cierta evolución sin romper nada. Es una consecuencia del trabajo juntos, y que como músicos evolucionamos. César viene de Schwarz, y eso imprime un carácter. Estamos muy contentos con su trabajo con Schwarz, con una batería tremenda, y el giro hacia lo más sintético puede ser, pero hay muchas guitarras que están tratadas que igual suenan muy a sintes. No lo sé, si se produce esa evolución es por divertirnos, ver y estar en sitios donde no habíamos llegado. Repetir la fórmula de las canciones anteriores es muy aburrido.

- El fantasma de la repetición estaría presente ante pelotazos del primer disco como "Ser brigada" o "Ánimo, valiente".

-Tenemos una forma de trabajar bastante democrática, y por fortuna los cuatro seguimos una línea común, y eso hace que haya debate y que rápidamente los cuatro nos damos cuenta de cuál es el camino y la dirección que nos apetece seguir.

- ¿Las canciones son una radiografía de este tiempo, de los miedos y las pasiones individuales y colectivas?

-Más que ser adalides de nada, es una opción más. Abraham, a la hora de hacer las letras, va encontrando un punto de vista personal, pero hay una cosa que agradecemos mucho a Abraham y es que no escribe de forma individual, sino que lo hace pensando en los cuatroo. Son formas de cuestionarte lo que ves cada día cuando vas por la calle, los problemas que hay, pero sin ánimo de hacer nada más. Ya lo hicimos con el anterior disco, ni canción protesta, ni reinvindicar nada, es una opción como lo es hablar de paisajes imaginarios o del amor. Todo esto son formas de cuestionar lo que nos rodea y todo está bastante mal. Y sin ser un grupo con un discurso tremendista ni derrotista, hay canciones incluso de mucho ánimo.

- ¿Hubo dificultad para armar el álbum, con piezas que tienen vida propia al margen del disco?

-Tratamos de hacer un conjunto de canciones que tenga cierto orden, cuál va primero, cuál va después. En un Lp es más complicado, en el formato Ep hay un poco más de libertad, y sin descuidar que cada canción está porque tiene que estar.

Compartir el artículo

stats