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Nuno Gonçalves: "Brian Eno se enamoró de The Gift en Vigo"

La banda portuguesa más internacional de las últimas décadas publica "Altar", un álbum grabado en Galicia con la producción de Brian Eno (David Bowie, Talking Heads, U2...) y las mezclas de Flood (Depeche Mode, U2, New Order...) Nuno Gonçalves, cerebro de The Gift, explica cómo se gestó una colaboración soñada

Nuno Gonçalves, compositor de The Gift, en Vigo, antes del concierto que presenció Brian Eno.

El 26 de agosto de 2012 no fue un domingo cualquiera, al menos en Vigo. En el Auditorio Mar actuaba The Gift, que un año antes había impresionado en el ya desaparecido festival Vigo Transforma, y lo hacía con una fórmula novedosa: el público pagaría la entrada que quisiera, a partir de un euro. Pero lo más trascendental era desconocido para casi todo el mundo: Brian Eno, uno de los músicos y productores más reconocidos y premiados de todos los tiempos, iba a paresenciar el espectáculo. "Me llamó y me dijo que quería ir al concierto -cuenta Nuno Gonçalves, compositor y pianista del grupo luso-. Reservamos para él tres grandes butacas en el centro de la sala, en el mejor sitio posible. Entramos con muchos nervios pero fue un concierto fenomenal. Eno se enamoró de la banda en Vigo, en ese concierto, sin duda", asegura.

- ¿Cómo fue que vino a Vigo? ¿Estaba de viaje por aquí?

-Fue una casualidad. Él estaba pasando sus vacaciones cerca, en Galicia. Había llegado a Santiago dos días antes. Me llamó y se quedó con nosotros un par de días más en un pueblo cerca de Vigo que se llama Meder [Salvaterra de Miño]. Tenemos allí una casa de vacaciones. Ahí fue cuando empezamos a hablar de nuestra música. Yo ya lo conocía desde 2010 y hablábamos de música, pero ni él de la suya ni yo de la mía. A partir de ese día me empezó a hacer muchas preguntas, y después Sonia le preguntó en Londres qué le parecía la idea de trabajar con nosotros. La respuesta fue muy buena.

- Le conociste en un proyecto humanitario en Brasil.

-Sí, en una estancia turística pero también cultural. Estábamos enseñando el papel fundamental que desempeñan algunas ONG en las favelas de Río, y no solamente allí, para sacar a los niños del tráfico de drogas. Hacen ese trabajo a través de la cultura. Lo conocí en una visita a una de esas favelas. Hubo buen rollo y nos encontramos también en São Paulo. Después me lo encontré en Londres, donde él estaba grabando con Coldplay y yo estaba mezclando el disco "Explode", de The Gift. Después de esa relación de amistad pura llegamos al disco.

- Eno se ha implicado en este trabajo no solo como productor, sino también como compositor, coletrista, cantante en el tema "Love without violins"... Y todo a lo largo de dos años y medio.

-Sí. Cuando Sonia le hizo la petición -como si fuera para un matrimonio [risas]-, Eno dijo que la idea de producir en un estudio, poniendo micrófonos y haciendo tomas ya no le estimulaba. Lo que le motivaba era coger las canciones como estaban, en plan maquetas, y trabajar a partir de ahí, con sus ideas y las nuestras. En estos dos años ha sido un miembro más de The Gift. No se sentía superior ni sus ideas mandaban. Fue un trabajo de grupo, de coautoría. Fue una experiencia inolvidable y creo que se repetirá.

- Sobre sus peculiares métodos, Sónia Tavares ha contado que tenía un cuadro blanco en el que iba pintando cosas.

-Sí. Teníamos un cuadro grande, blanco, en el que por cada canción poníamos las ideas, los acordes... Muchas veces me quedaba solo con Sónia y con Brian y nos poníamos a dibujar. La base de los temas estaba hecha y él me preguntaba cosas sobre las canciones. Una vez le dije que mi tío estaba en el hospital y que quería que se recuperase pronto. Entonces dibujó un tipo sentado en la cama de un hospital y me preguntó si debíamos poner un crucifijo encima de la cama o no. Le dije que sí. Entonces la letra fue "él deberá ponerse bien ahora y Jesús está mirando hacia abajo". Es un método para construir las canciones muy divertido y perfecto para crear. Los dibujos eran geniales. Fue una pena que tuviéramos que borrarlos, aunque de alguno hicimos fotos.

- ¿Y las cartas de "Estrategias oblicuas"?

-También las usamos, curiosamente también para esa misma canción ["Vitral"]. Las cosas no estaban saliendo bien y Eno me dijo que sacara una carta de las "Estrategias oblicuas". Me puse muy contento, porque había oído hablar mucho de ello [risas] y fueron creadas para Bowie. Saqué una que decía: "Vete a un almacén muy grande, toca muy despacio y con volumen muy bajo, o a una habitación muy oscura". Fuimos a grabar a una habitación oscura, allí en Meder, y la verdad es que es uno de los temas más bonitos del disco. Empieza justo con ese ambiente de la habitación. Soy mucho mejor artista de lo que era antes, porque Brian te abre la mente y te dirige por una serie de caminos que nunca había experimentado.

- La mezcla también es de lujo, nada menos que de Flood. Brian Eno y Flood llevaban mucho tiempo sin trabajar juntos, después de hacerlo en "Achtung Baby" (1991), de U2, por ejemplo.

-Sí, el último disco que hicieron fue "Zooropa", de U2, [1993]. Nunca más habían trabajado juntos. Sónia y yo asistimos a ese encuentro y es algo que nunca en mi vida olvidaré. Estábamos en Londres, trabajando en un estudio alquilado, y Brian nos dijo: "Igual pasa Flood a escuchar los temas". Estábamos como niños eligiendo la mejor canción para mostrarle. Llamaron a la puerta y Flood y Brian Eno se abrazaron, diciendo "aquí estamos otra vez", décadas después. Flood cogió su té y dijo "press play!", "a ver lo que tenéis". Al final de la primera canción nos dijo que no le hacía falta escuchar más, que trabajaría con nosotros. Curiosamente esa canción fue también "Vitral" [risas]. En principio iba a trabajar solo 3 o 4 semanas, que era lo que su calendario le permitía, pero decidimos alargar el plazo de entrega del disco. Hubo 8 o 9 meses para mezclarlo. Eso fue muy importante para Flood, que tuvo tranquilidad para su trabajo, y para nosotros, para tomar buenas decisiones.

- El resultado es un álbum de muchísima calidad. En cuanto al sonido, algunas canciones remiten a Talking Heads, Arcade Fire, David Bowie... Y los teclados al comienzo de "Love without violins" recuerdan al "synth pop" de principios de los 80. Con esas canciones y referencias no extraña que convencierais a Flood.

-Flood es un tipo mítico. Su nombre está en discos que nos apasionan desde hace mucho, desde "Violator" (1990) y "Songs of faith and devotion" (1993), de Depeche Mode, a Nick Cave, Sigur Rós, Smashing Pumpkins, PJ Harvey... Discos gigantes, en nuestra opinión. Las influencias que mencionas son tanto nuestras como de la gente que ha trabajado con nosotros. The Gift siempre fue una banda influenciada por la electrónica. Vivimos muy de cerca los años 80. Teníamos los maxis de The Cure, New Order, Depeche Mode, Erasure, los románticos y los menos románticos, los góticos y los menos góticos... Todos pasaron por nuestras vidas. Cuando hablas de Talking Heads, de Bowie... No olvidemos que el hombre detrás de sus producciones es Brian Eno. Cuando hacíamos las primeras versiones de "Malifest" y de "Big fish" nos decíamos a nosotros mismos: "¡Esto parece Talking Heads, joder!". Siempre nos encantó Talking Heads pero las cosas no salían por ahí. Es lo que tiene tener en la sala a alguien que te dice que pruebes esto o lo otro, que te da soluciones distintas. Todos los nombres que dices son muy buenos.

- El título del disco, "Altar", y esa mujer completamente tapada de la portada producen una sensación inquietante, como si se tratase de algún tipo de fundamentalismo religioso.

-Es un hombre.

- ¿En serio?

-Sí [risas]. El nombre de "Altar" surge sobre todo porque al final del disco, cuando pensábamos en un título, más que una producción extensa, que tardamos mucho tiempo en grabarla, fue una celebración de nuestra música y de nuestra carrera, de nuestros ideales artísticos. El disco es nuestro altar, donde celebramos nuestro oficio, por eso nos pareció interesante el nombre, que además es internacional. Nos mola eso. "Altar" podrá tener ese lado serio, de la iglesia, pero nosotros queremos resaltar el significado de ceremonia y de celebración de la vida y de la música. Despertar durante dos años y medio sabiendo que teníamos emails de Brian Eno es lo mejor que nos podía haber pasado, un sueño que aprovechamos como nunca.

- Después de 22 años de una carrera sólida, ¿hay todavía prejuicios por parte de algunos medios de comunicación españoles por el hecho de que sois de Portugal y no de Reino Unido o Estados Unidos?

-Sinceramente, no lo sé. Si hacen eso son malos profesionales y no les gusta la música, y piensan más en sí mismos que en los demás. En cualquier oficio, si piensas más en ti mismo y en tus amiguetes que en el arte es que estás haciendo mal tu trabajo. No me preocupa lo más mínimo. En la lista de las radios independientes de Estados Unidos estamos en la posición 90 de 200 posibles. Eso sí me alegra. Somos número 1 de ventas en Portugal, sobrepasando a todas las canciones de mierda que hay en el top. Me alegra tener 14 fechas en Portugal agotadas, y que las de Londres están agotándose. Ningún periodista te salva la vida y ningún periodista te arruina la vida. Lo que hacen las bandas es mucho más que una crítica y un prejuicio.

- ¿Continúas escuchando grupos españoles? Vetusta Morla, por ejemplo.

-Vetusta fueron teloneros de The Gift hace muchos años. Nuestro manager es también el suyo y le dije hace mucho tiempo que era una banda que iba a explotar en España. La composición es muy buena, el tío [Pucho] canta mucho mejor que los demás y las letras son mil veces mejores. Antes hubo muchos grupos itentando sonar como Héroes del Silencio y cantar como Enrique Bunbury, y ahí se perdió una década. Ahora media España quiere imitar a Vetusta y no lo consigue. No los escucho todos los días, aunque tienen una canción, "Mapas", que me parece increíble. Escucho más Pony Bravo, creo que son completamente originales. Me gusta mucho Delafé, Neuman... Escucho mucho Radio 3, y habría que decirle a muchos grupos que no vale la pena imitar a Vetusta Morla.

- ¿Cómo llegasteis a grabar en Meder, cerca de Ponteareas?

-La madre de mi niña tenía una casa allí, me enamoré del pueblo y construimos una casa de vacaciones. Grabamos allí el disco porque teníamos tranquilidad y porque estábamos cerca de nuestras vidas en Portugal y en Madrid. Estábamos completamente solos. Y todo lo técnico, material, micrófonos y músicos, lo teníamos cerca. Fue el sitio perfecto para grabar el disco y se ha notado.

- Brian Eno pediría tranquilidad y anonimato, aunque no sé si es el tipo de famoso al que suelen parar por la calle. Yo sí lo haría.

-Hombre, yo también, por eso lo paré en una favela en Brasil [risas]. No nos pidió eso, pero le ha venido muy bien estar en un sitio donde podía parar a leer un libro o escuchar a los pajaritos. Portugal y España no saben lo bueno que tienen. Tenemos las mejores playas y Galicia tiene una calidad de aire que no existe en otra parte del mundo. Incluso la seguridad, que hoy en día es mucho mejor que oro.

- ¿Os podremos ver en directo este verano?

-Sabíamos que este año no íbamos a tener festivales, porque se programan en otoño, y el disco salió este mes de mayo. En Portugal tenemos casi 40 conciertos marcados y fechas en Londres, Brighton y Berlín. El 24 de junio tocamos en el Central Park de Nueva York para diez mil personas, como cabezas de cartel. Vamos pasito a pasito, sin grandes castillos en el aire, y con este disco vamos a llegar a más público. Para una banda es lo mejor que puede pasar.

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