"La habilidad de comunicarse ya es innata a casi cualquier aparato", señala José Ignacio Armesto, coordinador del Máster en Mecatrónica y docente e investigador del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Vigo. Una parte importante de lo que llaman la revolución industrial 4.0 es la comunicación, y esto es lo que se demuestra en el último vídeo por la empresa Boston Dynamics de dos robots que se coordinan para realizar una acción.

El montaje de la compañía estadounidense, adquirida por Google y vendida después a la japonesa SoftBank, es novedoso en el sentido de que se ve a la perfección esa comunicación entre los dos autómatas para trabajar juntos de manera coordinada. "Esta empresa comenzó con los robots como trabajo de investigación y sus primeros desarrollos fueron para la asistencia a militares, con estos nuevos robots quieren demostrar usos sociales que serán los que realmente se puedan comprar algún día por la gente", explica Armesto.

El profesor de la UVigo destaca que la verdadera actualización de este robot Spot Mini es la incorporación de un brazo articulado al modelo. Este autómata es completamente eléctrico, tiene un peso de 30 kilogramos y una autonomía de 90 minutos. "Con este robot han alcanzado un nivel más de miniaturización y con el brazo demuestran que pueden hacer algo más que vigilar. El gran paso es que pueden comunicarse y son colaborativos", asegura.

Esa comunicación entre los autómatas se produce en su propio lenguaje y a través de internet. Se supone que lo harán en un entorno wifi si están en un sitio cerrado, como en una casa, o incluso con Bluetooth; pero también podrán hacerlo vía 3G. "Es una cuestión de dinero, también podrían comunicarse a través de un satélite si fuesen para uso militar", apunta Armesto.

Boston Dynamics ha avanzado mucho en sus prototipos en los últimos cuatro años. "Lo que están desarrollando más en la compañía, su punto fuerte, son los modelos matemáticos de movimiento de sus robots. Tiene unos modelos de comportamiento mecánico de sus robots y los va mejorando utilizando fabricación aditiva. Los hacen cada vez más pequeños y más ágiles", destaca Armesto.

"Se están centrando, sobre todo, en la parte mecánica: en controlar bien los movimientos del robot. Se nota que son cada vez más eficientes. Caminan incluso de una forma más similar a los animales, y es una buena noticia, significa que van por el buen camino. Los animales son muy eficientes en su forma de andar y el hecho de emularlos se busca porque es el movimiento más adecuado", añade.

La empresa de ingeniería y robótica se ha preocupado mucho por difundir sus logros y avances en sus redes sociales desde que Google se deshizo de ella. En menos de 24 horas el vídeo de estos dos Spot Mini ayudándose para abrir una puerta ya tiene más de dos millones de visualizaciones en Youtube.

Este robot es un ejemplo de la fusión de la mecánica con la inteligencia artificial. Aunque Boston Dynamics no está centrada en la inteligencia artificial como sí lo están ahora mismo Google con Alphabet, IBM con Watson o la propia Microsoft. "La inteligencia artificial está creciendo gracias a los algoritmos que tienen la capacidad de aprender, como ocurre en la película "Yo, robot". La pregunta es: ¿quién va a controlar esto?", sostiene el vigués.

Stephen Hawking fue de los primeros en alertar sobre los peligros del avance de la inteligencia artificial y llegó a afirmar que su desarrollo "podría significar el fin de la raza humana". El físico británico vaticinó que los robots podrían llegar a tomar el control de sí mismos y llegar a rediseñarse, dejando a los humanos en inferioridad de condiciones y condenados a la extinción.

En esta misma línea se manifestó Elon Musk, el creador de Tesla y SpaceX, que acaba de mandar uno de sus coches al espacio, pues ha llegado a decir que la inteligencia artificial puede ser más peligrosa que las armas nucleares. El jefe de Google, Sundar Pichai, también la ve como algo peligroso: "Creo que muchas cosas se desarrollarán de forma más positiva de lo que la gente piensa. Pero los riesgos son importantes".

Ordenadores que aprenden

La capacidad de procesamiento de información de los ordenadores, su nivel de capacidad de cómputo ha ido creciendo. Los programas que ganaron al ajedrez a Kaspárov lo hicieron con fuerza bruta, es decir, examinaban todas las posibles jugadas y entonces jugaban a caballo ganador. Pero ahora están siendo capaces de programar los ordenadores con una filosofía distinta: aprender. Le das a la máquina un algoritmo que va aprendiendo y ha llegado el momento en que esta máquina gana a la que usaba la fuera bruta", describe Armesto.

Los riesgos están ahí, pero parece que los robots tardarán bastantes años en llegar a ser superiores al hombre. En cualquier caso, los autómatas como el Spot Mini "demuestran su capacidad de coordinarse, les falta darles una función determinada y un coste por el que alguien esté dispuesto a pagar", señala el vigués.

Ignacio Armesto - Coordinador del Máster en Mecatrónica (UVigo)

"Ahora todos los aparatos se comunican"