El término 'dron' aún no figura en el diccionario de la Academia. Sin embargo, los vehículos aéreos no tripulados ya están más que instalados en el día a día, y Galicia no es una excepción. El zumbido de estos aparatos ('drone' significa zángano en inglés) resuena por todo el territorio gallego, con usos tan dispares como la topografía, la fumigación y el control de cultivos o la detección de vertidos e incendios.

Desde septiembre hubo varias convocatorias para sacarse el carné de piloto que exige la nueva regulación (el Gobierno publicó un real decreto en julio que prevé desarrollar en 2015), y en la Comunidad gallega unas 30 personas ya lo han obtenido desde entonces (en realidad se trata de una habilitación que consta de tres certificados: uno médico, otro teórico y otro práctico) y otra veintena se encuentra "en proceso", según fuentes del sector consultadas.

También da fe del auge de estas herramientas (que, al igual que internet, nacieron de la mano del ejército y luego se popularizaron) la constitución de asociaciones como Aerpas (asociación española de 'RPAS', siglas que se refieren al sistema pilotado de forma remota) y Aedron (de usuarios de drones y afines). Cada una de ellas cuenta con cuatro asociados gallegos.

Un tercer elemento a considerar es la aparición de empresas que han recurrido a estos objetos para mejorar sus servicios o, directamente, que los tienen como razón de ser: estudian cómo fabricar el primer dron gallego, los ensamblan, los alquilan e incluso expanden su modelo a otras áreas de la Península.

Tres modelos de negocio

Desde O Porriño (Pontevedra) hasta A Coruña, pasando por Milladoiro (Ames), varios emprendedores explican su modelo de negocio, que busca aprovechar las múltiples posibilidades que ofrecen las 'UAS' (otra forma de referirse, en este caso, a la aeronave sin tripulación, sin mención expresa a que hay un control remoto).

Todos coinciden en que la regulación es demasiado restrictiva en la prohibición de los drones en núcleos urbanos y sobre población en espacios abiertos, lo que les "limita", aunque admiten que es un avance porque supera la situación de alegalidad con la que operaban antes.

"Es bueno tener unas reglas de juego", destaca Miguel Rosa, de la madrileña AeroTools, que estos días impartió un curso en Vigo y que ya prepara nuevos talleres para A Coruña. Aunque subraya la relevancia de que los vuelos sean seguros, lamenta el "freno" a la actividad económica que significa imponer "mucha burocracia" y "demasiados requisitos" para darse de alta.

Una pyme 'desde arriba'

Pablo Espinosa creó la pyme 'Desde arriba' hace cuatro años para enriquecer Porriño Producciones, una productora audiovisual que ahora cuenta con una flota de cuatro drones y trabaja, sobre todo, en el mundo del que procede, con la creación de vídeos para clientes como Navantia, constructoras, eventos deportivos y parejas que quieren un reportaje diferente del día de su casamiento.

Él es el más critico entre los consultados sobre las disposiciones legales. "Es como si a una empresa de aviación le dices que solo puede volar los martes y los miércoles por la mañana", indica. "Tenemos la tecnología pero muchas veces estamos esperando a que nos den la autorización", apunta.

Explica que desde el principio él y el cofundador tuvieron claro la necesidad de "minimizar riesgos". Sin embargo, entiende que con las cortapisas "pagan justos por pecadores" y observa un "boom mundial" por ser "la novedad" pero avisa de que su campo "no es la panacea".

Especialistas en planos y mapas

Cartogalicia lleva 15 años especializada en el ámbito de la topografía, pero, desde hace ocho, esta compañía de nueve trabajadores sita a pocos kilómetros de Santiago se ha incorporado al mundo de los drones, a través de helicópteros de una marca alemana y un modelo de avión de fabricante americano que se monta en Eslovenia.

Con esta escuadrilla, dotada de cámaras multiespectrales (que posibilitan observar cambios en radiación visible e infrarroja), reciben encargos de particulares y de la Xunta, que ha recurrido a ellos para el seguimiento de zonas naturales como la cuenca del Eume y para elaborar sus propios estudios sobre el paisaje.

Vertidos

También colaboran con varios proyectos, como uno de un profesor de la USC sobre el desgaste de las rocas en el litoral. Otro acerca de control de vertidos fue liderado por el jefe de la unidad de modelado oceanográfico del Intecmar, Pedro Montero, para determinar el nivel de utilidad de los drones en la lucha contra la contaminación por parte de autoridades locales.

Montero, de la sección destinada al plan de contingencia de la Xunta dentro del instituto, expone que las ventajas son relativa a costes (menores que los de los grandes medios), pero sus inconvenientes tienen que ver con el mal tiempo, viento y lluvia.

Sus conclusiones fueron que, más que para detectar manchas, lo cual es "muy difícil", debido a la escala de colores que debe identificarse, los vehículos no tripulados serían rentables en la monitorización, localización y evaluación de daños y reparación del mismo. Tras el hundimiento del Prestige, señala, habrían sido oportunos, para comprobar el estado de las costas y la evolución de su limpieza.

En su opinión, la incorporación de drones a distintas labores de la administración a corto plazo va a producirse (de hecho, ya se están empleando, y se barajan para ámbitos como las emergencias), aunque estima que no sustituirán a otros recursos, sino que serán "complementarios".

Primer dron gallego

En colaboración con el centro Gradiant y otras tres empresas, y con un presupuesto de 1,7 millones de euros, Cartogalicia avanza, con pruebas en Rozas (donde la comunidad, Defensa y el aeroclub de Lugo impulsan un centro de investigación alejado de los fines militares), en el primer dron producido en su integridad en la comunidad. Prevén tenerlo listo "en unos días", antes de que termine el año, según señala Nicolás Schvarchman.

Será un avión especialmente diseñado para cartografía, con un sistema de posicionamiento "muy preciso", indica este ingeniero en geomática y topografía, responsable del área de 'UAV' (con estas letras se alude solo a la plataforma de vuelo, no al sistema completo) de Cartogalicia.

Además de todo esto, esta firma distribuye el 20 por ciento de la producción de la mencionada marca alemana, y la media anual es de 20 drones vendidos. Abrió delegación en Panamá enfocada en servicios topográficos y otra en Hungría, de donde es uno de los socios.

Las franquicias como forma de expansión

Otra forma de expansión es la de Manuel González, de Aeromedia, que, desde A Coruña, donde creó esta sociedad en 2012, ha avanzado en un modelo de franquicias que acaba de dar su primer fruto con la apertura de una en Cantabria. Otras nueve por el resto de España están en negociaciones "muy avanzadas", mientras que en Galicia hay "bastantes peticiones" aunque aún no están "maduras".

Aeromedia se basa también principalmente en el audiovisual: publicidad, eventos* "Es lo que más mueve", resume González. Sin embargo, también se ha embarcado en iniciativas como la que, con el centro de investigación de fitopatología de O Areeiro (dependiente de la Diputación de Pontevedra), ha metido a esta compañía en la lucha contra las plagas.

La existencia de soluciones con más concentración que hacen suficiente un par de litros de producto y la capacidad de focalizar la aplicación con el dron hasta hacerla "más exacta" y con menos derivas que con un avión o un helicóptero son los puntos fuertes de esta experiencia.