El mal es banal y venal, pero por el contrario ni todo es trivial ni todo está en venta. Fue uno de los mensajes de la coordinadora del Aula Castelao, Ana Regueira, al dar la bienvenida a los ponentes y asistentes a la 31 edición de la Semana Galega de Filosofía, centrada este año en analizar alternativas de cambio social bajo el lema "Filosofía e revolución" y en cuyo acto inaugural varios conferenciantes alertaron del escenario de involución en el que nos encontramos: en los derechos laborales, las libertades públicas, el estado de bienestar etc.

Es el caso del pensador italiano Domenico Losurdo, que criticó la emergencia de los llamados "trabajadores pobres", o del filósofo, ensayista y escritor Santiago Alba Rico, que pronunció la conferencia inaugural y que arremete contra la "Edad Media" mediática de la actualidad.

Santiago Alba Rico tituló su conferencia "Tecnología, opresión y revolución" y expresó su crítica posición frente a las nuevas tecnologías. ¿Las nuevas tecnologías ponen límites o, por el contrario, favorecen los procesos de cambio social o los movimientos populares? Es la pregunta que se hizo el ponente, que invitó a "no asumir acríticamente el carácter emancipador de esas nuevas tecnologías".

Uno de los grandes mitos asociados a la red es que ha sido decisiva en movimientos sociales de cambio como la primavera árabe. El ponente lo desmintió: "Es todo lo contrario, esos movimientos populares de ocupación física de espacios no son el resultados de las nuevas tecnologías sino una victoria sobre ellas, las nuevas tecnologías quizás sirven cuando la gente ya está en la calle, pero no para sacarlas a la calle... Y en el caso del mundo árabe, que conozco bien, para mi es evidente, es el espacio el que llamaba, invocaba, interpolaba a la gente, y no tanto Facebook, que manejaba poca gente por ejemplo en Tunez o en Egipto, los móviles jugaron un papel más importante y también los medios clásicos como Al Jazzira... Más bien las redes tienen un efecto adormecedor, aletargador, como la religión, es un poco el opio del pueblo, sin duda hay que aceptarlas, porque en ese sentido no se retrocede nunca, pero si debemos ser muy críticos y saber qué estamos manejando, sobre todo porque en estos momentos todas esas tecnologías están en manos de una élite muy pequeña que es quien realmente programa y determina su curso, no los usuarios, que estamos infinitamente más vulnerables que frente a un libro, aunque parezca lo contrario".

Poner límites

Tampoco ocultó su preocupación por la involución el decano del Colegio de Abogados de Pontevedra, Ramón Jáudenes. Fue uno de los participantes en la ceremonia de inauguración y criticó que "nuestros gobiernos parecen empeñados en poner límites, algunos de los cuales suponen un retroceso de 30 años".

Denunció que se buscar entorpecer libertades como de la de reunión con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, pensada, recordó, para atajar la crítica, y que evidencia la "desmedida perversidad del hecho legislativo... se busca también entorpecer al máximo la creación de colectivos con voz propia".

De hecho, una de las primeras conferencias de la SGF, la pronunciada por la profesora Alba Nogeuira López, se centró en el recorte de derechos fundamentales y libertades, lo que la ponente llama el "amorzadamiento de la protesta" en el marco de la crisis económica y social.

Planteó un escenario entre el que la UE y USA "están firmando un acuerdo que aborda a los irrtantes del mercado, en el que se incluyen todas las normas internas que obstaculicen las inversiones internacionales, esto es, la lógica de incesante beneficio empresarial de las corporaciones". El convenio, explicó, es inaccesible a la población, medios y organizaciones sociales y busca "una homogeneidad social, de estándares económicos, higiétniso y sanitarios, por supuesto a la baja. Vamos, entonces, hacia el cuestionamiento de las normas de seguridad básicas".

Frente a este escenario de retroceso, la coordinadora del Aula Castelao hizo votos en el arranque de la SGF porque "lo que aprendamos y debatamos" en los próximos 5 días de conferencias y debates "sirva para abrir alternativas" a un sistema que precariza las condiciones laborales.