No sirve para vender ni comprar nada, no difunde chismorreos ni chafarderías, solo comparte felicidad: se trata de una nueva red social para teléfonos móviles, creada por cinco jóvenes emprendedores catalanes, que pensaron que era una buena idea que las personas puedan compartir "on line" su felicidad.

Esta nueva red social se llama 'Bhappy' (léase Be Happy), tiene ya más de 3.200 usuarios y sus impulsores aseguran que es la primera red social capaz de transmitir emociones positivas, en forma de minutos de felicidad.

Jordi Balet, estudiante de magisterio y uno de los impulsores del proyecto, pensó un día que, en esta época de infelicidad, en la que no tenemos tiempo para nada, sería bueno que al final de cada jornada pensásemos los momentos buenos que hemos tenido durante el día y los compartiésemos.

"De hecho, la idea se me ocurrió un día en clase, cuando leíamos el cuento 'El Buscador' de Jorge Bucay" (psicoterapeuta y escritor argentino), ha explicado a Efe Jordi Balet, quien considera que es necesario que la tecnología también sea transmisora de felicidad.

El funcionamiento de la red social es sencillo. Cada día la red concede a cada uno de sus usuarios 60 minutos de felicidad que pueden compartir.

Son los usuarios los que deciden cómo y con quién comparten estos 60 minutos, con la persona que les haya hecho pasar un rato agradable, les haya ayudado o hayan tenido un pensamiento bonito con ella, de forma que un contador va acumulando los minutos de felicidad que uno ha conseguido dar a otra persona.

Pese a que esta red social tiene pocos meses de vida, hay usuarios que, según Balet, ya han acumulado más de doce días de felicidad. "Debes sentirte muy bien -reflexiona- si sabes que has hecho feliz a una o varias personas durante tantas horas".

Balet defiende que la aplicación genera sensación de bienestar y hace incrementar la autoestima de los usuarios, tanto de los que emiten como los que reciben minutos de felicidad.

Haciendo un símil con el baloncesto, los amantes de este deporte saben que una canasta hace feliz a su autor, pero que un buen pase de canasta (una asistencia en el argot baloncestístico), hace feliz a dos personas: al que da el pase y al que encesta.

Esta es la idea de la red, que se puede descargar gratuitamente y está disponible en castellano, catalán e inglés para teléfonos Android e iOS (www.bhappyapp.com).

Balet explica que para desarrollar la aplicación han consultado a especialistas en psicología, que consideran que una persona, para sentirse bien, debe acumular al menos una hora de felicidad al día.

Por eso, la red da a cada usuario esos 60 minutos de felicidad al día para repartir.

Balet quiere que la red sirva "para valorar la pequeñas cosas del día a día, aquellas de las que muchas veces no somos conscientes y pararnos a pensar un momento en quién nos ha hecho sentirnos felices y agradecérselo enviándole minutos de felicidad".

El dispositivo permite enviar los minutos no solo a personas concretas sino compartirlos también con 'hashtags' si el motivo de la felicidad es personal, como disfrutar de una competición deportiva o de una película.

Con Jordi Balet han colaborado, Gabriel Prat, estudiante de Empresariales, Pau Feliu, que es ingeniero de proyectos I+D y los desarrolladores Valentín Freixanet y Fernando García, todos de entre 22 y 29 años y vecinos de Manresa (Barcelona).

Aunque no han creado la red para ganar dinero, algunas grandes empresas que basan sus ideas de mercadotecnia en la felicidad están haciendo un seguimiento de la red.

Balet reconoce que para que crezca en número de usuarios y sea rentable necesitan un empujón inversor y no descartan que alguna gran empresa acabe interesándose por su idea.

Los impulsores del proyecto consideran que para que la nueva red tenga estructura de negocio debería alcanzar entre 10.000 y 20.000 usuarios "pero siempre que sea gente próxima y se conozcan entre ellos porque de otro modo no tiene sentido compartir felicidad con gente que no conoces".

Un último detalle, los minutos de felicidad enviados pueden llevar un comentario añadido explicando a su destinatario por qué le regalas o agradeces esos minutos.

"Dar para recibir, esa es la idea", concluye Balet.