Las consultas por adicciones a nuevas tecnologías crecen. En los adultos, la principal es al móvil. "Estar conectado continuamente, a WhatsApp o correo electrónico, hasta el punto de eliminar el tiempo de otras cosas o de que una zona sin cobertura sea un hándicap. Es como si no existieses. Llegamos al 'si no hay cobertura, no existo'", reflexiona el psiquiatra del Complejo Hospitalario de Vigo, José Luis Fernández Sastre.

Los profesionales constatan un incremento que llega hasta el 10,56% de las consultas, normalmente vinculado a otros trastornos. Las adicciones no químicas habitualmente se atienden en dispositivos públicos de salud mental. Y los datos son similares a otras áreas geográficas del país. "Han ido aumentando, claramente. La tasa de adicciones a nuevas tecnologías está entre un 8 y un 10%", asegura Fernández Sastre.

Un 12% de pacientes con ludopatía presenta problemas de juego a través de la red -póquer on line y apuestas deportivas-. Y se distingue el tiempo prolongado de exposición del "uso abusivo o problemático" por los efectos que tiene el adicto: Éste llega a sustituir el resto de actividades, lo que genera conflictos con las personas del entorno.

Videojuego "terapéutico"

El servicio de Psiquiatría de un hospital catalán ha puesto en marcha un videojuego terapéutico. Trata de ayudar a tratar los trastornos de impulsividad que hacen a los niños adictos a las consolas. Ahí está la base de muchas de las adicciones infantiles. Fernández Sastre asegura que existen muchas más probabilidades de que un niño con trastorno por déficit de atención por hiperactividad se "enganche". También apunta a factores biológicos y genéticos. "El cerebro con predisposición a la adicción tiene características específicas que abocan a eso, son impulsivos. Hay un componente biológico y genético", asegura el experto.

Psicológicamente, la adicción a las drogas y a las nuevas tecnologías es comparable. "Lo malo de los videojuegos es que no haya control del tiempo. Hay juegos que recomendamos, en los que consigues más puntos cuanto más reflexiones y huye de la impulsividad. Se trata de idear cómo salir de una isla".

Seis horas diarias eran, ya en 2010, la media diaria entre jóvenes y adolescentes de uso de nuevas tecnologías. Esto es, la cuarta parte del tiempo. Data de hace dos años uno de los primeros libros en España dedicado a esta materia. El capítulo ´Adicciones a nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes´, redactado por Francisco Javier Labrador y Silvia María Villadangos reflejaba lo siguiente: "Lo vemos reflejado con mucha más claridad en los menores, que vienen ya al mundo entre aparatos complejos. A los que pertenecemos a otra generación (...) nos parece chocante y tenemos cierto reparo a la hora de comprender cómo muchos chavales prefieren quedarse en casa enganchados al Tuenti o al Facebook en vez de bajar a la calle y encontrarse cara a cara con el otro, un otro que es cada vez más ´otro´ y menos ´sí mismo´".

Pese a los riesgos de adicción a ciertos videojuegos y aplicaciones de internet en los que se puede ocultar la propia identidad, Xavier Carbonell, investigador de la Facultad de Psicología Universitat Ramon Llull, asegura que no hay "ninguna epidemia" y que si los niños, adolescentes y jóvenes se vuelcan a las nuevas tecnologías es consecuencia de la sociedad en la que viven: "En mi generación quedábamos para jugar a fútbol y bajábamos a la calle. La generación de mis hijos quedan para jugar al ´Call of Duty´ a las ocho de la noche", asegura.