Han transformado la necesidad en imaginación y con la vista puesta en la red han puesto en marcha proyectos de futuro como negocio y oportunidad para salir adelante. También para rentabilizar sus hobbys o para compartir sus aficiones. Son alicantinos y sirven de ejemplo de la ventana al mundo que ofrece internet, eso sí, siempre que la originalidad guíe sus criterios. El resto se queda en el camino.

Así lo vieron Kurro Díaz y sus compañeros fundadores de montatuconcierto.com. Este quinteto de arquitectos, abogados y diseñadores treintañeros de Alicante y Benidorm creen que la filosofía 'crowdfunding' –financiación en masa– puede convertir a quienes siempre han sido público en 'promotores de sus conciertos', como explica Díaz, el fundador de la web. La plataforma permite, según sus responsables, que los usuarios voten a qué artista quieren traer a la ciudad, pagar un precio razonable por ir al concierto y, además, recuperar una pequeña cantidad de dinero.

El sistema es sencillo. "Se propone a un grupo que es votado por los socios promotores de la página. Cuando se alcanza un número de gente interesada, se estudia el coste de traer al artista y se divide entre los asistentes. Entonces, se reserva en sus cuentas bancarias el precio de la entrada, que no se retira hasta que se haga el concierto", asegura Díaz.

La plataforma de estos alicantinos reparte los gastos de caché, alquiler de la sala, transporte y alojamiento de los músicos entre estos asistentes confirmados que aseguran la viabilidad del concierto adelantando el dinero. Se denominan "socios promotores". "Si el grupo tiene un caché de 1.400 euros y lo han votado 120 usuarios, pueden reservar una entrada de 12 euros. A partir de ahí, se pueden sacar nuevas entradas a la venta y generar beneficio", explica el creador de la página, "que puede cobrarse o reinvertirse en un próximo concierto". La iniciativa lleva funcionando pocos meses, pero cuenta "casi con 400 usuarios y 380 conciertos propuestos". Los primeros artistas en apoyar este sistema son el rapero Abram, apadrinado de Nach, y su compañero de oficio Juan Profundo. Ambos actuarán en varias ciudades en conciertos promovidos por esta página.

El proyecto, que surge tras "diez años montando conciertos de hip hop, reggae y electrónica" a través de una asociación, es, también, un negocio. "Nosotros nos quedamos un 8% de los gastos de gestión del concierto y entregamos un 4% a Cruz Roja", afirma el desarrollador.

Esta web busca una obtención de beneficios más racional que evita la figura del intermediario y huye de la cultura del pelotazo. "Tienes asegurado que recuperas dinero, poco pero constante, de manera que no hay riesgos", garantiza Díaz. Para él, se hace innecesaria la incertidumbre que vive del promotor en solitario, que gana mucho con un concierto pero se puede arruinar si le falla el siguiente.

Diseño, letra y música

Los Monerris son una familia de Alcoy que ha apostado por llevar la más clásica de las literaturas a los nuevos formatos digitales. Siempre nos han gustado los libros para niños, y como tenemos experiencia en el medio digital, decidimos hacer el proyecto, explica Hector Monerris, desarrollador web de 31 anos. El joven ha creado junto a sus padres la marca Ed Shark para los niños, un tiburón escritor, para los adultos, el seudónimo con que estos emprendedores firman, promocionan y venden sus libros en la web www.edshark.com. .Es un personaje que tratamos como si fuese real, un tiburón que vive con nosotros, cuenta en la web cosas de los humanos y escribe historias lúdicas, explica el diseñador web y escritor al dar cuenta de por qué el protagonista es un escualo de peluche, una marioneta que ha hecho mi madre.

A día de hoy, esta familia escritora y editora tiene dos libros a la venta, 'Tres postres para cenar' y 'Monstruosamente monstruos'. Tienen el formato típico de los cuentos para niños, es decir, cerca de treinta paginas y dibujos, pero están concebidos especialmente para ser leídos en el ordenador, en la televisión, en tabletas, en cualquier ebook e incluso en teléfonos móviles, explica Monerris. Para esta nueva manera de publicar, el formato libro de papel .no existe, aunque en función de la demanda que tenga .nos lo podríamos plantear. Ed Shark lleva funcionando.

La apuesta de estos alcoyanos ha sido, como suele ocurrir con los proyectos online, más una inversión de tiempo que de dinero. "Tiempo se le ha dedicado infinito. Hasta la música de los vídeos la hemos hecho nosotros para no tener problemas. Dinero sin embargo, no ha costado mucho, no pasa de los 500 o 600 euros", asegura el creador de Ed Shark, un tiburón que además es bilingüe y publica sus historias también en inglés.

Comprar el mundo

Unos buscan lectores y otros venden ciudades del mundo como soporte publicitario. No es fácil de entender en principio, pero originalidad no les falta a los hermanos Miralles. Rubén, Jaime y Lorenzo decidieron unir sus fuerzas después de cerrar un negocio de muebles. "O te pones a enviar currículum a cualquier empresa o te autoempleas", asegura Rubén. Y eso último es lo que hicieron, en base al famoso caso del joven estudiante americano Alex tez, que creo una página en la que vendía píxeles por un dólar para poner publicidad, "y consiguió un millón de dólares". Como Jaime es informático empezaron a gestar un proyecto en la red "que fuese novedoso y que no se pudiera comparar con nada".

La idea saltó a través de Google Maps y se plantearon la posibilidad de "vender" de forma virtual ciudades del mundo como soporte publicitario para las empresas o, incluso, para ofrecer como un original regalo. "Tú compras, por ejemplo, Londres y pones ahí tu anuncio, de manera que todo el mundo que entre y abra el mapa verá tu producto. O lo das como regalo, por ser algún sitio con valor sentimental para la otra persona, donde vivió o donde pasó la luna de miel..". Y todo por 10 dólares (7 euros), de ahí el nombre de la web, tendollarcity.com.

Seis meses después de colgarla en la red, este sitio recibe alrededor de 150 visitas diarias y ya ha vendido cerca de 1.000 ciudades. "En principio la respuesta superó nuestras expectativas -afirma Rubén– y en poco tiempo vendimos las mejores ciudades, como Londres, Tokyo o Nueva York, ya que son las más visitadas, por eso hemos introducido el límite de cinco ciudades por usuario". Además, tendollarcity contempla la posibilidad de reventa, "en el que cada uno pone el precio que quiera, aunque el valor de cada ciudad va en consonancia con la popularidad de la página".

De momento, han puesto el marcador a cero y con más pausa que prisa esperan que lanzarse a la red les abra una ventana al mundo. Y al futuro.