La colombiana de 30 años Claudia Castillo ha recibido el primer trasplante de tráquea del mundo sin inmunosupresión. La operación, que fue realizada el pasado 12 de junio en el Hospital Clínico de Barcelona, consistió en la implantación de la traquea de un hombre de 51 años fallecido por una hemorragia cerebral. La mujer había sufrigo graves problemas respiratorios a raíz de una tubercolis que le había causado un colpaso severo del pulmón izquierdo. Durante el proceso operatorio, se sometió a una serie de 25 lavados para eliminar de su nueva tráquea cualquier célula del donante y, de esta forma, poder repoblarla posteriormente con las propias células de la receptora. Paolo Macchiarini, del Servicio de Cirugía Torácica del centro catalán, ha explicado el complicado procedimiento para el trasplante de tráquea, que ha contado con la colaboración de la Universidad de Bristol (Inglaterra), la Universidad de Padua (Italia) y la Universidad de Milán (Italia), y que el investigador había ensayado previamente en cerdos.

Un equipo de la Universidad de Padua confirmó que tras los 25 lavados, la tráquea tratada en el Clínic estaba limpia de antígenos del donante, las moléculas que provocarían el rechazo del tejido en el receptor.

Paralelamente, equipos de la Universidad de Bristol cultivaban las células de la paciente que se iban a introducir en la tráquea. Estas células eran de tipo epitelial, tráquea y del cartílago, diferenciadas a partir de células madre procedentes de su médula ósea.

En el Clínic de Barcelona, el equipo de Macchiarini introdujo estas células en la tráquea gracias a un biorreactor diseñado por la Universidad de Milán. Las células epiteliales se insertaron en la cara interior de la tráquea, y los condrocitos (células del cartílago) cubrieron su parte externa, convirtiéndose el tejido del donante en un híbrido de lo más parecido a un nuevo órgano de la paciente.

La intervención quirúrgica se realizó cuatro días después en el Clínic, donde el equipo de cirugía torácica extrajo la parte del tejido dañado y lo sustituyó por la nueva tráquea. Macchiarini sostuvo que un trasplante de estas características no es fácil, ya que es un órgano que "no tiene una arteria y una vena, sino que es una red de vasos sanguíneos".

Tras el éxito de este trasplante, Macchiarini señaló que la técnica del lavado podría ser un procedimiento para "órganos complejos tubulares". El especialista aseguró que el Clínic dispone de un banco de tráqueas, "lavadas pero no repobladas", y que una mujer con cáncer de tráquea podría ser el próximo paciente al que se aplicaría la técnica.

"Antes vivía más en el Clinic que en mi casa"

Castillo afirmó sentirse "muy bien" tras la operación y no dudó en "recomendar" esta técnica. "Antes vivía más en el Clínic que en mi casa", recordó la paciente, que admitió haber tenido "miedo" al saber que era la primera vez que se llevaba a cabo este trasplante, pero que las "ganas de vivir" le hicieron decidirse. Cinco meses después de la operación, dijo encontrarse "contenta por poder hacer vida social".