El desarrollo de la reproducción asistida, como el de muchas otras ramas de la Medicina, ha logrado cosas hasta hace unos años impensables para ganar vida. O, mejor dicho, para crear vida. Ya que ha permitido solucionar trastornos que imposibilitan o dificultan la concepción de manera natural.

En España unas 80.000 personas deciden "rebelarse" contra la naturaleza y se someten a algún tratamiento para conseguir tener un hijo. Sin embargo, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), sólo representan la mitad de las que presentan un problema de infertilidad.

La primera herramienta para luchar contra este problema es asumirlo, ya que afecta a todos los sistemas (individuo, pareja y familia) y provoca niveles de estrés, con una gran variedad de emociones y sentimientos negativos. Además, en algunos casos, los problemas emocionales pueden influir y dificultar los resultados de los tratamientos.

Una vez reconocido que existe un problema, es clave someterse a un tratamiento integral que es necesario que abarque desde la dificultad de conseguir un embarazo por vía natural, el diagnóstico de esterilidad-infertilidad, la elección del tratamiento y el seguimiento durante todo el embarazo.

Para ello, según explica la doctora Isabel Santillán, directora médica de Clínicas Eva en Madrid, se debe realizar un test de fertilidad para saber en qué estado reproductivo se encuentran los óvulos, y qué probabilidades tiene de ser madre.

Se basa en una analítica hormonal y una ecografía que valore el recuento de folículos antrales, que es recomendable hacer entre el tercer y quinto día del ciclo menstrual para analizar la reserva de óvulos de la paciente. Y su resultado ayudará a saber cómo este paciente va a responder a los tratamientos de estimulación ovárica y sus probabilidades de éxito.

Diferentes opciones

Una vez detectada la infertilidad y asumido su diagnóstico es hora de elegir entre los tratamientos más utilizados de los que hay actualmente disponibles. ¿Sabes cuántas alternativas hay?

- Fecundación 'in vitro': consiste en fecundar en el laboratorio los óvulos de la paciente, previamente extraídos, con los espermatozoides de su pareja o de un donante de semen, para conseguir embriones y transferirlos al útero.

- Inseminación artificial: en este caso se inyectan en el útero los espermatozoides de la pareja de la paciente, previamente seleccionados de una muestra de semen con el fin de escoger los de mejor calidad. También se puede recurrir a un banco de semen cuando el de la pareja no es válido o la paciente es madre soltera o tiene una pareja femenina.

- Vitrificación de óvulos: Las mujeres que deseen retrasar su maternidad pueden hacerlo congelando sus óvulos mediante este procedimiento. Posteriormente, se implantan en el momento que se desee ser madre, garantizando así el embarazo con óvulos propios y de calidad en el futuro.

- Congelación de semen: La paternidad también se puede preservar mediante la criopreservación, que garantiza la viabilidad de los espermatozoides una vez descongelados.