El consumidor actual busca cada vez más el placer en los alimentos y, para ello, da prioridad a aquellos productos que tengan cualidades saludables, cubran determinadas necesidades dietéticas o provoquen sensaciones concretas, íntimamente vinculadas al sabor y al deleite.

Conquistar al consumidor hedonista, aquel que busca en un alimento unas características determinadas que provoquen en su boca una experiencia única, no implica saciar su hambre -que es una necesidad- sino calmar su apetito, un deseo, según aseguran desde el centro tecnológico Ainia.

Beatriz Pérez, técnica del Departamento de Nuevos Productos de Ainia, ha señalado a Efe que la industria alimentaria busca opciones tecnológicas para compensar las deficiencias sensoriales que tienen algunos productos y trabaja en la combinación de texturas que permitan el disfrute del alimento.

Además, según Pérez, el consumidor sabe cada vez más que la dieta tiene un efecto directo sobre su estado de salud y la incidencia de enfermedades, y por ello busca productos con ingredientes naturales o funcionales, "más saludables y con un componente hedónico".

Galletas elaboradas con antioxidantes naturales procedentes de la uva, edulcorantes naturales con extractos de frutas o chocolates fabricados a partir de gránulos de frutas y aromas naturales son algunas de las innovaciones presentadas el pasado año en la jornada "Nuevas aplicaciones de ingredientes naturales en la industria: hedonismo y salud" organizada por Ainia en Barcelona.

De hecho, según las fuentes, solo un nueve por ciento de los alimentos que se consumen se elige sin llevar aparejada una connotación relativa al placer, la comodidad o la manera en la que nos sentimos cuando los comemos.

Los conceptos "hedonismo alimentario" y "salud" van cada vez más unidos y los consumidores tienen una mayor preferencia por productos que presenten etiquetas limpias "libres de..." o "con contenido reducido" de sal, grasas o azúcar, según las fuentes de Ainia.

El panel de consumidores realizado por Consumolab el pasado verano señala que el 97,3 por ciento de los encuestados consideraba determinante el sabor a la hora de escoger los alimentos que se consumen.

Dentro de estas tendencias de consumo también puede introducirse los conceptos "indulgencia y salud", que ha llevado a la formulación de nuevos ingredientes que ofrecen alternativas saludables y, al mismo tiempo, sirven como excusa para permitirse un capricho.

Según Ainia, algunos ejemplos se encuentran en las golosinas funcionales, los caramelos con concentrados de vitamina C, los chocolates con cacao desgrasado, más puros y con un aporte extra en calcio, y la aparición del agua saborizada.

Además, el interés en lo natural y en la "vuelta a lo básico" también ha hecho surgir con fuerza un gusto por las dietas "flexitarianas" o vegetarianos a tiempo parcial, y se han identificado nuevas fuentes de proteínas en la algas, los guisantes o la soja.