La experiencia acumulada por el doctor Pereiro al frente de la labor asistencial de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga le lleva a afirmar que muchos jóvenes han perdido la noción del riesgo en relación con el cannabis pese a las sanciones que se imponen por su consumo. La trivialización de esta práctica que se difunde a través de las redes sociales es uno de los factores que explican el fenómeno, según este psiquiatra, quien alerta de los graves daños a la salud que genera la adicción a esta droga.

-¿Qué se deduce del continuo aumento de las sanciones por consumo de cannabis?

-Las sanciones no paran de crecer y eso tiene que ver con que el consumo de cannabis se está instalando entre los jóvenes como algo totalmente aceptado y sin ningún tipo de reparo, de manera que aunque exista la amenaza de una sanción administrativa que puede implicar un coste económico importante para ellos, lo consumen en la calle porque lo ven absolutamente normal y no ven riesgos ni peligros a medio o largo plazo.

-¿Podríamos decir que viene a ocupar entre los jóvenes el papel que jugaba el alcohol?

-En las Jornadas Nacionales Socidrogalcohol, que se acaban de celebrar en Murcia, se proporcionaron Datos que son para alarmarse, como que en la última encuesta que se hizo en Estados Unidos sobre el consumo de drogas entre los jóvenes el consumo de cannabis supera ya en algunas poblaciones al del tabaco, lo que supone un vuelco impresionante porque el tabaco es una droga muy consumida y, junto con el alcohol, es la droga iniciática y está muy extendida porque está muy aceptada. Además, mientras que para el tabaco cada vez hay más restricciones, con el cannabis desde algunas instancias se está intentando que el camino vaya en sentido distinto para llegar a la legalización.

-¿A qué atribuye ese cambio entre los jóvenes?

-El Plan Nacional sobre Drogas hace encuestas de consumo cada dos años y las últimas cifras sobre el cannabis revelan que el 15% de la población entre 15 y 24 años admite que lo consume habitualmente, lo que supone el 7% de la población total. Hay muchos factores que influyen en el consumo, pero a mí me parece importante la difusión que se hace en algunos medios especializados como las revistas cannábicas, en las que se lanzan mensajes como que el cannabis no solo no es malo sino que es bueno para la salud, cuando eso es una absoluta manipulación. Es cierto que se ha demostrado su utilidad en el tratamiento de algunas enfermedades y en situaciones muy concretas, pero eso no significa que sea bueno para la salud, porque la morfina es un fármaco excelente para el dolor, pero eso no significa que haya barra libre para comprarla. Además, hay unos intereses económicos enormes detrás del consumo de cannabis y en este campo internet está jugando un papel nefasto porque son más los mensajes positivos a favor del cannabis y su legalización que sobre los problemas que tiene para la salud.

-¿Sería necesario entonces resaltar esos efectos nocivos?

-El daño que hace cualquier droga depende de su potencial psicoactivo, que en el cannabis es el Delta 9THC. Hasta hace unos años, la pureza de esta droga era del 3%, cuando hoy llega al 15%, lo que significa que un porro que antes se fumaba un chico y que le hacía un efecto muy reducido, ahora multiplica por mucho el daño sobre el sistema nervioso central y la actividad cerebral. Esto lo vemos en los cuadros psicóticos que ya aparecen relacionados con el consumo de cannabis y que antes eran muy raros.

-¿La mayor pureza de la droga afecta también a su capacidad adictiva?

-Con la mayor adicción y con el mayor daño cerebral, y ahí es de nuevo donde juegan un papel importante internet y los medios, porque hay mucha facilidad para comprar semillas de cannabis y realizar el cultivo con técnicas de gran rendimiento, de forma que cada vez es más habitual que la gente cultive para consumo propio y además para hacer negocio, porque la policía y la Guardia Civil encuentran invernaderos con cientos de plantas de este cultivo.

-Cuando se habla de esta droga siempre se infravalora su efecto frente a otras como la heroína o la cocaína.

-Yo siempre digo que la gente no debe perder la perspectiva de que desde el punto de vista de la salud pública, las drogas que más daño causan son las legales, porque la supuesta legalidad no nos protege de nada. En el debate sobre la legalización del cannabis se aporta el argumento de la tributación fiscal, sobre el que se dice que si el consumo de esta sustancia se legalizase, los beneficios fiscales que se obtendrían serían muy interesante, aunque a mí me parece penoso comprar la salud de las personas con mayores tributos y además habría que ver si pasa como con el tabaco, que el Estado se dio cuenta de que los ingresos que obtenía con su venta no Le compensaban los gastos médicos que origina.

-¿Cree necesaria una reactivación de la prevención sobre el consumo de cannabis?

-Cuando se pregunta a la gente qué medidas tomaría para luchar contra las drogas, mayoritariamente no habla de la legalización, sino de información, pero tiene que ser veraz y rigurosa, y además en los lugares en los que los jóvenes la obtienen, que son las redes sociales e internet.

-Pero es precisamente donde también hay más desinformación.

-Efectivamente, y manipulación. Hay unas reuniones que se llaman las Cannabis Cup, que llenan palacios de congresos o recintos feriales en España y el resto del mundo para promover el consumo de cannabis, ya que acuden personas que venden semillas, abonos, fertilizantes,revistas..., por lo que hay una industria impresionante alrededor de esta sustancia y no es que se esté buscando la libertad de los jóvenes para que hagan lo que les dé la gana, sino que se pretende que consuman cada vez más drogas para obtener unos grandes beneficios.