En alguna ocasión, algún paciente me ha preguntado sobre el posible efecto beneficioso del ejercicio físico en el descenso de la presión intraocular (PIO). En primer lugar, decir que el ejercicio físico aeróbico (principalmente el ejercicio isotónico-verbigracia carrera moderada, senderismo, ciclismo) puede disminuir la PIO entre 5-7 mmHg en sujetos sanos, y entre 8-10 mmHg en pacientes con glaucoma (este descenso es transitorio, volviéndose a las presiones basales 46-60 minutos tras el cese del ejercicio físico).

Este descenso es más acusado en las primeras semanas, para ir atenuándose con la práctica diaria de deportes aeróbicos. No obstante, esto no es una regla fija, mostrando algunos estudios cierta variabilidad en el descenso de la PIO (incluso se han descrito aumentos de ésta), según sexo, estado físico del paciente, sedentarismo previo, estado hormonal€

Existe un tipo de glaucoma denominado Pigmentario en el que el ejercicio físico estaría contraindicado. Actividades como el yoga (en ciertas posturas) que incrementan la presión venosa, y deportes como la halterofilia (Valsalva), también estarían contraindicados en personas con glaucoma. En el caso del submarinismo, el consejo es que se practique siempre con máscara y botella, para igualar presiones, pero si se puede evitar, mejor.

En ningún caso se debe practicar el submarinismo de apnea. Los deportes que se practican a gran altitud (>4000msnm) -alpinismo, paracaidismo-, en principio pueden provocar, aumento de la PIO por disminución de la presión atmosférica, no obstante la permanencia en esas situaciones no suele ser muy prolongada, dado el carácter extremo de estos deportes. Por último, desaconsejar la natación prolongada con gafas protectoras a pacientes con glaucomas avanzados, ya que éstas aumentan la PIO entre 2-3 mmHg durante su porte.

Conclusiones

El ejercicio físico moderado, fundamentalmente isotónico, siempre y cuando sea supervisado por un oftalmólogo, es un buen complemento al tratamiento médico antiglaucomatoso (especialmente en el caso de los B-bloqueantes, ya que se potencia su efecto hipotensor).

Dr. Antonio Alzamora Rodríguez