El servicio de Rehabilitación del Hospital Santa Cristina de Madrid ha implantado una técnica para el tratamiento de la incontinencia urinaria masculina que consigue que hasta el 91 % de los pacientes reflejen distintos grados de mejoría.

El tratamiento consiste en el entrenamiento de los músculos que controlan la micción con el apoyo de un dispositivo que consigue que el paciente sepa si el esfuerzo que está realizando es el que necesita para controlar esos músculos.

Se trata de una patología que afecta entre el 10 y el 15% de la población y que se suele ocultar por pudor, señala la Consejería de Sanidad en una nota.

El hospital ha comprobado que sólo son necesarias seis sesiones de 30 minutos, impartidas a lo largo de tres semanas, para conseguir los objetivos en dos terceras partes de los pacientes con una clara mejoría en ese periodo.

En los hombres está provocada por el debilitamiento o lesiones nerviosas del esfínter o de los músculos de la micción, como ocurre en la hipertrofia benigna de próstata, el cáncer de próstata y su complicación tras la prostatectomía radical.

Los tratamientos pasan por reforzar los músculos que rodean el aparato urinario, fortaleciéndolos para que puedan responder mejor al estímulo de la micción inhibiendo el deseo imperioso de orinar.

El sistema permite que el paciente pueda ver si está haciendo bien los ejercicios que indica el rehabilitador, bajo la supervisión del fisioterapeuta (Biofeedback manométrico).

Así, se coloca un electrodo que registra el esfuerzo que realizan los músculos implicados en la micción, trasmitiendo ese movimiento en una gráfica y un sonido que pueden ver y oír rehabilitador, fisioterapeuta y paciente.

Se realizan ejercicios tónicos y fásicos. Los primeros consisten en la contracción de los músculos del suelo pélvico -en la zona genital- durante 3 segundos, seguido de una relajación de 6 segundos; en la segunda fase, se realizan 5 contracciones rápidas seguidas de 10 segundos de descanso.

Cada movimiento se refleja en un sonido y una gráfica que ayudan al paciente a saber si los está realizando bien.

Esta técnica, en la que el paciente comprueba el resultado de su esfuerzo con cada ejercicio en el proceso de micción da mejores resultados que cuando se realizan ejercicios sin apoyo.

La incontinencia hace que se restrinjan las salidas de casa por temor a que los escapes provoquen olor o que cualquier movimiento brusco -como toser o estornudar- pueda provocar un escape.

Además, la necesidad, en algunos casos, de llevar pañales incide en el ánimo de las personas.

Tras la valoración del urólogo, la rehabilitación de los músculos del suelo pélvico es una terapia efectiva con beneficios tanto en los costes directos -consultas, medicamentos, uso de pañales- como indirectos, evitando bajas laborales y necesidad de cuidados por terceras personas.