El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia insisten en la importancia de proteger la vista de los efectos de los rayos ultravioletas, especialmente en los niños, para evitar así problemas en los ojos, especialmente en los meses de verano. La mejor manera de proteger la vista de los efectos nocivos del sol es utilizar gafas de sol, aunque no todas sirven. En este sentido, los especialistas recuerdan que estas tienen que ser gafas polarizadas y envolventes.

Según los ópticos-optometristas, cada vez es más necesario utilizarlas, sobre todo en los momentos del amanecer y atardecer del día, unas horas en las que el sol está bajo y con una radiación más directa, y cuando las pupilas se dilatan por la falta de luz.

En verano, las condiciones de luminosidad van en aumento y también se multiplican las horas de exposición al impacto nocivo de las radiaciones ultravioletas en los ojos, ya que aumentan las actividades al aire libre, aunque los especialistas matizan que la exposición ultravioleta es nociva durante todo el año, por lo que no hay que descuidar la protección de la visión tampoco en invierno. "La acción de esta radiación ultravioleta en los ojos, unida al deterioro de la capa de ozono, está dando como resultado un "alto incremento de cataratas y otras anomalías relacionadas con la salud visual, como inflamaciones agudas de la conjuntiva (conjuntivitis) y la córnea (queratitis), aparición de procesos degenerativos de la superficie ocular (pinguécula y pterigión), retinopatías e, incluso, lesiones cutáneas, que pueden provocar a largo plazo serios problemas", advierte el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa.

Los efectos de la radiación solar afectan de manera especial a los niños. Los especialistas explican que durante la infancia, ya que el ojo del niño es más sensible a la luz solar que el adulto porque su cristalino, que ejerce de filtro natural, no funciona aún a la perfección. En este sentido, antes del primer año de vida, el cristalino deja pasar el 90% de la radiación UV y el 50% de la UVB, llegando directamente a la retina, lo que puede provocar daños a corto y largo plazo. Además de problemas como queratitis, diversos estudios también relacionan la radiación solar recibida durante los primeros años de vida con la aparición de cataratas en la edad adulta, la degeneración macular y otras anomalías.

Con estas evidencias, los ópticos-optometristas gallegos aconsejan el uso de gafas de sol desde edades muy tempranas. "Está demostrado que el 80% de la radiación ultravioleta que reciben los ojos durante toda la vida se produce en los primeros dieciocho años", explica Eiroa.

Las gafas de sol son la mejor manera de proteger los ojos frente a la radiación. Su uso es recomendable en las zonas altas, ya que cuanta más altitud más radiación recibimos (un 10% más de radiación ultravioleta -UV- cada 1.000 metros de altura); durante el verano, de 12 de la mañana a 5 de la tarde; aunque exista nubosidad, ya que parte de la radiación UV traspasa la barrera de nubes; y cuanto más cerca se esté del Ecuador y a una mayor altura respecto al nivel del mar.

Así, los ópticos-optometristas gallegos recomiendan el uso de gafas poralizadas y envolventes para evitar que la luz solar se cuele por el lateral y refleje en la parte interna de la lente, incidiendo directamente en los ojos.