Ni son aptos para todos los pacientes ni están libres de peligros. Las boticas ofrecen gran variedad de medicamentos que no precisan receta -desde jarabes, antigripales, colirios o sobres para el estómago hasta cremas, suplementos vitamínicos o productos para adelgazar-, pero los farmacéuticos alertan de que, pese a poder comprarse sin el consejo del médico, muchos pueden poner en riesgo la salud del paciente si no se toman de forma adecuada. "Son sin receta, pero precisan del consejo del farmacéutico porque no todo el mundo puede tomar de todo. Hay muchos de estos medicamentos que interaccionan con otros fármacos que puede estar tomando el paciente o con alimentos", explica Paula Briones, miembro del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña.

Los medicamentos sin receta son sustancias reguladas por el Ministerio de Sanidad que están indicadas para prevenir, aliviar o tratar síntomas leves. El precio de venta al público no está regulado por las autoridades sanitarias, el paciente debe pagarlos de forma íntegra y pueden publicitarse aunque al ser fármacos la normativa establece que deben incluir un prospecto en el que se indique la composición, la posología o sus posibles efectos secundarios. Los farmacéuticos coruñeses reconocen que todavía hay dudas a la hora de identificar este tipo de medicamentos. "Hay gente que nos sigue pidiendo fármacos que son con receta como si no lo fueran. Ocurre con algunos de uso frecuente como el omeprazol, que no puede dispensarse sin prescripción médica o con algún tipo de ibuprofeno, aquí la confusión llega porque algunos ibuprofenos sí se venden sin receta", indica Paula Briones que regenta una botica en A Coruña.

Esta farmacéutica tiene claro cuales son los principales errores que comete la gente con estos medicamentos: "La falsa creencia de que no hacen daño y su uso. Hay que seguir las indicaciones del prospecto". Y pone ejemplos prácticos de lo que los farmacéuticos ven en su día a día tras el mostrador. "Mucha gente recurre a la fitoterapia y al estar compuestos de plantas creen que no interaccionan con nada. No es así. Pacientes que toman anticoagulantes, por ejemplo, no pueden consumir perlas de ajo, recomendadas para la artritis, ya que pueden potenciar el efecto anticoagulante", indica Briones, quien advierte de que ser un fármaco sin receta no equivale a que el tratamiento puede seguirse como quiera el paciente sino que siempre hay unas pautas a seguir para que sea eficaz y evitar riesgos. "Algunos hierros que no necesitan prescripción médica deben tomarse en ayunas para que sean eficaces y lo mismo ocurre con quienes toman hipérico para la depresión y quieren dejarlo. No puede hacerse de golpe porque puede tener efectos adversos, hay que hacerlo de forma progresiva", indica Brones, quien alerta de que ciertos alimentos como el "zumo de pomelo" también interaccionan con fármacos tanto que precisan receta como los de venta libre.

Los pacientes polimedicados son quienes más atención deben prestar a los fármacos que toman por libre, sin receta médica, aunque basta con seguir algún tratamiento de forma habitual para extremar las precauciones.