La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años alertando del consumo indiscriminado de antibióticos y de las consecuencias que un tratamiento con estos fármacos de forma frecuente produce en los pacientes. La llamada "resistencia" a los antibióticos ya no es un problema que aparezca en los informes, se ha convertido en un quebradero de cabeza para los sanitarios.
Distintas clases de superbacterias, unos microorganismos resistentes a la mayoría de las familias de antibióticos conocidas, empiezan a causar problemas en nuestra sociedad. La OMS publicó recientemente una lista con las 12 familias de bacterias más peligrosas para el ser humano que, según un estudio encargado por el Gobierno británico, matarán a 10 millones de personas cada año a partir del 2050.
En esta lista, agrupadas en función de su gravedad: prioridad crítica, alta y media, figuran las " Enterobacteriaceae, resistentes a los carbapenémicos, o productoras de betalactamasas de espectro extendido (ESBL)". Estas son una familia de bacterias capaces de contrarrestar a la mayoría de tipos de antibióticos, pues no responden a los betalactámicos, que son los antibióticos como la penicilina, y con ellas tampoco funcionan los carbapenémicos, que son antibióticos de última generación que hasta ahora funcionaban cuando lo demás fallaba.
Los hospitales son uno de los principales focos de contagio de estas bacterias, así como las residencias de ancianos. En el caso de Galicia, el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) y el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC) tienen en este momento cientos de casos de pacientes afectados por una bacteria de esta familia que la OMS considera de prioridad crítica. Se trata de la enterobacteria productora de carbapenemasas Klebsiella pneumoniae.
La alerta por esta bacteria lleva a que a cada paciente que llega a las urgencias del CHUVI procedente de una residencia, o que tuvo un ingreso hospitalario en los últimos 90 días, se le practica una prueba rectal para saber si es portador de esta bacteria y, si es así, proceder a su aislamiento a la espera de otras pruebas. Hay que distinguir entre los casos de pacientes portadores de la bacteria, que la tienen en su organismo pero no han desarrollado síntomas, y los casos de infectados. Este tipo de Klebsiella pneumoniae son especialmente agresivas en personas inmunodeprimidas como los pacientes de hematología y de oncología y los mayores.
El problema de estas bacterias que tenemos en Galicia se agrava, según explican fuentes sanitarias, porque no se está logrando eliminar la bacteria de los portadores y todavía se desconoce cuánto tiempo pueden esas bacterias quedarse en una persona. El contagio se produce mayoritariamente por contacto. Por este motivo, en todas las guías de prevención, incluidas las de la OMS, el lavado de manos está en el encabezado. Una correcta higienización de manos de profesionales y pacientes es clave para frenar la dispersión de estas bacterias que provocan infecciones contra las que todavía no tenemos "armas" efectivas al 100%.
Esta es la causa por la que la OMS hizo un llamamiento a las empresas farmacéuticas para que dedicasen esfuerzos a la investigación de nuevas familias de antibióticos capaces de luchar contra estas superbacterias. "La resistencia a los antibióticos va en aumento y estamos agotando muy deprisa las opciones terapéuticas. Si dejamos el problema a merced de las fuerzas del mercado exclusivamente, los nuevos antibióticos que con mayor urgencia necesitamos no estarán listos a tiempo", apuntó la doctora Marie-Paule Kieny, subdirectora general de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación.
