Con el descenso de las temperaturas los casos de bronquiolitis se multiplican, siendo la causa más frecuente de hospitalización en el niño menor de 1 año, indica la pediatra del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón María José Lirola, quien recuerda que "el 90% de los niños menores de 2 años ya ha tenido una infección por VRS; de estos, el 20% desarrollará una bronquiolitis y el 10% necesitará hospitalizació; en torno al 2-8% de los niños ingresados precisará de cuidados intensivos".

Está producida en la mayor parte de los casos por el virus sincitial respiratorio (VRS). Es una enfermedad que se transmite por el contacto con las secreciones respiratorias de las personas infectadas o con superficies u objetos contaminados por las mismas. Transcurrido el periodo de incubación, 4-5 días, el niño comenzará con síntomas catarrales y a los 2-4 días entrará en la "fase de estado" de la enfermedad.

En esta etapa, debido a la inflamación de los bronquiolos y a la excesiva producción de moco, el niño presentará un aumento de la tos, dificultad respiratoria (incremento de la frecuencia respiratoria y aparición de hundimiento costal), ruidos sibilantes y crepitantes, comerá peor y se encontrará irritable. La duración de esta fase es variable, aunque en la mayor parte de los casos es de unos seis días.

A partir de este momento, comienza la recuperación y resolución de los síntomas, de tal forma que la duración media de la enfermedad es de unas dos semanas; sin embargo, hay un tanto por ciento no despreciable de niños que se mantendrán sintomáticos durante 3- 4 semanas.

"Llamaremos bronquiolitis al primer episodio de 'sibilancias' (ruido respiratorio característico a la auscultación) que ocurre en el niño menor de dos años que en los 3-4 días previos ha presentado síntomas catarrales, tos, mocos, estornudos, asociados o no a fiebre", señala.

Aunque la mayoría de los casos puede manejarse domiciliariamente con unas sencillas recomendaciones hay que tener especial cuidado con los grupos de mayor riesgo. Especialmente con los niños prematuros -sobre todo los nacidos antes de las 32 semanas-, los menores de 2 meses, los pequeños con cardiopatías congénitas, con enfermedades neuromusculares, con inmunodeficiencias y con dolencias respiratorias de base la bronquiolitis puede aparecer de forma más severa y requerir hospitalización.

Tratamiento y recomendaciones

La experta recuerda que el tratamiento para esta enfermedad es meramente sintomático. Aunque se están haciendo investigaciones y avances en este sentido, no se dispone de una terapia curativa. Por otra parte, "el uso de fármacos, tales como antibióticos, corticoides o broncodilatadores, no se ha demostrado útil en su tratamiento ni que evite la progresión de la enfermedad.

El tratamiento se basa en las medidas de sostén: una hidratación adecuada, siendo con frecuencia necesario fraccionar las tomas, una higiene de vías respiratorias altas y un mantenimiento de una postura semiincorporada.

"Con estas sencillas medidas, y algunas más como la de evitar fumar en el entorno del niño y el mantenimiento de una temperatura adecuada en la estancia, la mayoría de los pequeños podrá manejarse de forma domiciliaria. Aquellos que no se alimenten bien y que presenten un aumento del trabajo respiratorio necesitarán hospitalización", concluyen.