Las personas que consumen menos de dos raciones diarias de pan tienen un perfil calórico más desequilibrado, ya que la mayor parte de las calorías las obtienen de los lípidos, según ha puesto de manifiesto el estudio 'Influencia del consumo de pan en la calidad de la dieta y hábitos alimentarios de adultos españoles. Percepciones y conocimientos existentes en torno a este alimento', realizado por expertos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

El objetivo de la investigación, en la que han participado 311 personas de entre 18 y 50 años, procedentes de Madrid, Málaga y Pontevedra, ha sido conocer los hábitos alimentarios de la población estudiada, el consumo de pan y el tipo ingerido, la ingesta de energía y nutrientes, así como analizar las diferencias existentes en el consumo de alimentos, ingesta de energía, nutrientes y pautas de actividad en función de la cantidad de pan que toman de manera habitual.

De esta forma, según ha informado la directora del trabajo y profesora titular de la Facultad de Farmacia de la UCM, Beatriz Navia, se ha constatado que el 37,4 por ciento de los participantes tenían dietas 'inadecuadas y el 25,2 por ciento 'aceptables', lo que muestra que el 62,6 por ciento tenían una dieta "claramente mejorable".

Asimismo, más de un 50 por ciento de las personas no tomaban las ingestas recomendadas de folatos, vitaminas A, D y E, ni tampoco de calcio, iodo, zina y magnesio. Además, sólo el 7,4 por ciento cumplía la pauta de tomar al menos seis raciones diarias de cereales y legumbres.

El Pan de barra es el tipo más consumido

En este punto, los resultados han desvelado que, a pesar de que el 95 por ciento de los adultos reconoce que le gusta el pan, su consumo se sitúa en una medida de dos raciones al día, siendo del pan de barra el más consumido (50%), seguido del pan integral de barra (12,6%), el pan blanco de molde (11,2%) y el pan de molde integral (8,9%).

Ahora bien, aunque todos los adultos presentaron en el trabajo un perfil calórico y lipídico desequilibrado, con una ingesta excesiva de proteínas, grasas y azúcares sencillos, y un escaso aporte de hidratados de carbono, los que consumían poco pan (menos de dos raciones diarias) tenían un mayor aporte calórico por parte de las grasas y un menor aporte de energía procedente de los hidratos de carbono, que aquellos que ingerían más pan.

En cuanto al porcentaje de adultos con exceso de peso, en el estudio no se han mostrado apenas diferencias entre los que consumen más de dos raciones de pan al día y los que consumen menos, pero sí que hay más personas con sobrepeso en el grupo que toma habitualmente menos pan. Un hecho que la experta lo ha achacado a que, "posiblemente", estas personas restrinjan su consumo porque consideran que el pan engorda.

Finalmente, la investigación ha mostrado que el 40,7 por ciento cree que el pan engorda y que el 16,2 por ciento que sólo aporta energía. Además, el 13,2 por ciento dice que es falso, y el 50 por ciento que no sabe, que el pan integral puede ayudar a controlar la diabetes. Asimismo, sólo el 12,9 por ciento dicen, "de forma acertada", que en una dieta equilibrada los hidratos de carbono deben aportar más del 50 por ciento de la energía.