Quién no ha sudado alguna vez tras acelerar el paso para no perder el metro o el autobús, o por los nervios causados por una situación tensa, de incertidumbre e incluso amorosa. Lo que para muchos es algo excepcional, a aproximadamente un 3% de la población mundial le pasa de forma recurrente ya que sufren lo que se conoce como hiperhidrosis o sudoración excesiva.

Este trastorno por el cual una persona suda excesivamente sin relación alguna con la actividad física, la temperatura ambiente o el estado de ánimo, puede ocurrir en todo el cuerpo o en algunas partes específicas como son la cara, las axilas, las manos, las ingles y los pies.

Aunque no suele provocar graves problemas de salud, sí supone un deterioro de la calidad de vida de quienes lo sufren ya que puede afectarles en su ámbito laboral o social, además de limitar su forma de vestir para que el sudor pase desapercibido.

Dar la mano o tener que llevar siempre una muda de recambio son ejemplos de las situaciones que tienen que superar las personas que padecen este problema, y que les condicionan a la hora de interactuar con otras personas. Además, el miedo, la vergüenza o el rechazo social pueden llegar a provocarles estrés y ansiedad.

Tanto es así que estas personas llegan a planificar su jornada, para prever sus movimientos durante el día y evitar lugares muy concurridos que les hagan sudar de manera excesiva.

Mantener a raya el sudor

De hecho, un estudio de la Clínica Liberty de Barcelona, que ofrece tratamiento que permite reducir la sudoración hasta un 90%, muestra que el 63 por ciento de los hombres que sudan en exceso no deja de pensar en su problema y su mayor preocupación es proyectar una imagen negativa en su entorno laboral.

Además, entre las mujeres afectadas un 58% reconoce que sudar en público es peor que sufrir obesidad y un 47% lo considera más vergonzoso que tener acné.

Con el fin de controlar las incómodas situaciones provocadas por el sudor, la dermatóloga y especialista en hiperhidrosis de la Clínica Liberty, Marta Alegre, proporciona unos consejos útiles para mantener a raya el exceso de sudor:

1- Higiene y uso de transpirantes

Mantener una buena higiene corporal es el primer paso para evitar el mal olor. Si transpiras mucho deberás realizar en la zona al menos dos lavados diarios con agua y jabón. Pero, no olvides de aclarar bien la zona, ya que muchas veces el mal olor puede venir de los restos de jabón o de desodorante.

Después de ducharte opta por antitranspirantes de uso tópico. El desodorante no es suficiente ya que sólo enmascara el olor, mientras que los anti-transpirantes frenan la actividad de las glándulas sudoríparas.

2- Ropa y calzado transpirable

Aunque no solucionan el problema, las prendas que elegimos pueden ayudar a sobrellevar la incomodidad de sudar en exceso. Las fibras naturales aunque pueden ser frescas, absorben el sudor y permanecen húmedas. Sin embargo, algunas fibras sintéticas menos frescas repelen el sudor y se mantienen secas. De todos modos, las prendas de lycra y otros materiales sintéticos lo único que hacen es agravar el problema.

Por eso, es mejor optar por ropa y calzado transpirable que no sean "al cuerpo", sino que permitan la respiración de los poros. En cuanto a los colores, evita los colores muy oscuros, prefiere el blanco o los tonos pastel.

3- Alimentación adecuada

Las rutinas de alimentación también pueden afectar a la sudoración, de ahí que las personas con hiperhidrosis deban mantener unos hábitos de alimentación saludables. Alegre aconseja evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco, alimentos picantes y dulces.

Además, hay que evitar unos alimentos concretos. Por ejemplo, las verduras de la familia de las coles, como la coliflor, coles de bruselas o repollos, son alimentos muy sanos y ricos en vitaminas, pero también contienen azufre que produce sudoración con olor y por tanto no se recomiendan a personas que padecen hiperhidrosis.

Por otro lado, las personas que padecen hiperhidrosis deberían asegurarse de incluir en su dieta alimentos ricos en vitamina C porque ayuda con la absorción de hierro, que se puede perder debido a la sudoración excesiva.

4- Hidratación

Beber agua y mantenerse hidratado es muy importante porque así se refresca el cuerpo y hace que se sude menos, pese a la creencia contraria de que cuanto más líquido tenga en el cuerpo, más alta será la transpiración.

Además, beber mucha agua no solo favorece la hidratación y la regulación de la temperatura corporal, sino también beneficiará en conservar la belleza de tu piel, el cabello y las uñas, eliminar toxinas, prevenir la retención de líquidos e incluso ayuda en los procesos quema grasas que realiza el cuerpo humano.

5- Reducir estrés y tener una actitud positiva

Es muy importante tener una mentalidad positiva para evitar situaciones de estrés innecesarias. Las personas con problemas de sudar en exceso suelen sentir frustración y rabia. Sin embargo, estas emociones negativas no ayudan a sentirse mejor sino solo empeoran la situación y hacen sudar más.

Por eso, hay que estar consciente de lo que pasa, aceptar el problema y reforzar la mente con pensamientos positivos que generan tranquilidad y que ayudarán a quitarle importancia al sudor y mal olor.