A mediodía, por la tarde o mientras cenas. Da igual la hora. Lo importante es "estar en compañía y que esté fresquita". El jugo fermentado de baja graduación alcohólica elaborado con cebada, lúpulo y un 90% de agua, o lo que es lo mismo, la cerveza, es una bebida que acompaña a la dieta mediterránea y que aporta beneficios para la salud.

"De categoría. Una cervecita sienta fenomenal". Así lo expresa Miguel Ramón, vecino de Valencia mientras se toma una caña, y un estudio elaborado por Ascensión Marcos, profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), le da la razón. "¿El consumo moderado de cerveza podría incluirse dentro de una alimentación saludable?" es el título del documento publicado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y presentado hoy en el Colegio Oficial de Médicos de Valencia. A la pregunta que da nombre al estudio, Ascensión Marcos, coordinadora del mismo, contesta con un "sí" contundente. "Es saludable siempre y cuando se tome una cantidad moderada y dentro de una dieta equilibrada", aconseja.

Y por "moderada" se entiende "una lata diaria para ellas, dos para ellos". "A las mujeres nos influye más porque metabolizamos menos el alcohol que los hombres y podemos tomar más o menos la mitad que ellos. Una o dos cañas", explica. Los estudios se centran en cervezas de entre 4 y 5 grados, sin valorar aquellas de alta graduación. Y por "dieta equilibrada" hablamos de consumir carbohidratos (50-60%), proteínas (10-12%) y grasas (hasta un 30%).

Además, este documento pretende desmontar mitos como el de "la barriga cervecera", al poner en duda que exista relación entre el consumo moderado de cerveza y la obesidad abdominal. "El concepto 'barriga cervecera' está mal dicho porque hemos demostrado en varios estudios que, si toman la cantidad determinada que decimos, no van a aumentar de peso. La barriga aparece si no se come bien y se hace poca actividad física", asegura la profesora, quien añade que el problema es "consumir más de lo que se gasta".

Lejos de ser perjudicial para la salud, la cerveza con un consumo siempre moderado reportabeneficios en la salud cardiovascular, por su contenido en antioxidantes naturales. De hecho está comprobado científicamente que tras un consumo moderado de cerveza, el colesterol denominado bueno (HDL) podría experimentar un aumento en sangre, que se asocia a un menor riesgo de cardiopatías isquémicas y, en general, participa en la protección del organismo frente a enfermedades cardiovasculares.

Además, el silicio, uno de los ingredientes de esta bebida, promueve la densidad ósea y evita la pérdida de hueso, por lo que previene enfermedades como la osteoporosis. Sus beneficios no terminan aquí. La cerveza también podría mejorar la respuesta inmune contra los agentes responsables del desarrollo de enfermedades infecciosas.

Sin olvidar las pautas de un consumo moderado en edad adulta, la cerveza podría disminuir uno de los factores de riesgo de la enfermedad del Alzheimer, también gracias al silicio, así como proteger al organismo de la oxidación y el envejecimiento de las células.

La cerveza después de entrenar

Muchos deportistas sienten la necesidad de tomarse una cerveza después de practicar ejercicio. Y es que el cuerpo no suele equivocarse, ya que la ingesta de esta bebida puede favorecer una rápida y efectiva rehidratación y evitar los dolores musculares. "Los que se toman una cervecita al día, pueden estar tranquilos", concluye Marcos.