Uno de los principales indicadores para determinar la actividad de un tumor es la división celular. Las células cancerígenas se dividen más que el resto y los genes y moléculas implicados en el proceso de división son, a menudo, dianas para identificar y tratar algunos tipos de cáncer.

Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG), liderados por Miguel Beato, acaban de describir en un artículo publicado en la revista Cell Reports que una de estas moléculas -la quinasa PLK1- hasta ahora siempre relacionada con el cáncer, también puede ser crucial para el buen funcionamiento de la célula.

PLK1 siempre se había asociado al cáncer de mama por su papel en la división celular. Es una enzima que se encuentra muy activa durante el ciclo celular, en concreto durante la replicación del material genético y la mitosis. Por ello se encuentra en grandes cantidades en células afectadas por el tumor. Ahora, Beato y colaboradores han observado que PLK1 también tiene un papel importante en la regulación de genes que se activan durante el estadio de reposo e iniciación de la división.

"Lo que hemos observado usando técnicas de genómica y proteómica es que cuando PLK1 se expresa en su justa medida participa en la respuesta a estrógenos y es necesaria para controlar y regular los genes que detienen la división celular" explica Beato, jefe del grupo Cromatina y Expresión Génica en el CRG.

"Nuestro trabajo demuestra que PKL no siempre es indicador de mal pronóstico. Es importante que aprendamos a usar esta información y, cuando se diseñen tratamientos para el cáncer de mama, se tenga en cuenta que solo debemos reducir los niveles altos de PLK1 que pueden ser perjudiciales, pero intentando mantener los niveles fisiológicos", añade.