La publicidad nos bombardea con la ingesta de comida rápida, al tiempo que difunde como patrón corporal una extrema delgadez. "No se puede ser delgada y guapa comiendo hamburguesas", advierte Marina Boix.

Junto a medio centenar de compañeros del grado de Nutrición en la Universidad de Alicante han evidenciado esta contradicción y, en el marco de un taller de investigación con metodología europea, aportan iniciativas que conduzcan a "la prevención" de estos excesos "para rebajar los elevados índices de obesidad y de trastornos alimentarios que arrastramos en la última década".

Junto a Erika Olaya y Sara Jiménez, Boix propone contrarrestar desde la ciencia el actual "sistema de mensajes contradictorio, en el que se publicita el consumo de grasas, azúcares y calorías junto a un patrón corporal de extrema delgadez, como el de Paris Hilton".

Estas estudiantes concluyen que "hay que eliminar los anuncios publicitarios de mujeres con un índice de masa muscular por debajo de 18,5 y de hombres excesivamente musculados", de forma que los modelos que aparezcan en los anuncios "pasen por un control antropométrico que garantice la adecuación de sus medidas, y obligarlo por ley".

De la misma forma, sugieren adecuar las tallas en las tiendas de ropa al normopeso, evitando el exceso de tallaje pequeño, así como eliminar las imágenes de mujeres delgadas en todos los centros relacionados con la salud, incluidas las farmacias.

Aseguran además que los tratamientos contra los trastornos alimentarios también han fracasado "porque nos dejamos guiar por la publicidad, con métodos fáciles y milagrosos".

Desde la ciencia

Como profesionales de la nutrición plantean programas comunitarios, para intervenir sobre toda la población, y que van "desde impartir una educación nutricional a incentivar el deporte o participar en cursos de superación personal, que abarcan desde los más pequeños a los adultos", apunta Erika Olaya.

De la misma forma proponen tanto talleres de "cocina fácil, rápida y saludable", como charlas promocionando hábitos alimentarios y de vida saludables, y deporte al aire libre y en grupo con la presencia de nutricionistas y preparadores físicos. "Se trata de potenciar la capacidad que tenemos como profesionales de intervenir en los hábitos negativos de las personas", añade Marina Boix.

Entre las conclusiones del trabajo de estos expertos en Nutrición incluyen que "el estrés y el trabajo fuera de casa motivan las comidas rápidas, que degeneran en un riesgo cardiovascular importante". De ahí que aboguen por la implantación del profesional nutricionista en todos los centros sanitarios; que tanto en colegios como en institutos se imparta nutrición como asignatura; y que en los comedores se ofrezcan menús saludables regulados específicamente por profesionales de la salud.