El uso de los test genéticos prenatales no invasivos, que detectan alteraciones cromosómicas del feto mediante un análisis de sangre de la madre, podrían hacer disminuir en un 95 % la realización de amniocentesis, una prueba invasiva que tiene un pequeño riesgo de aborto (0,5-1 %).

La amniocentesis se realiza entre la 15 y 16 semana de gestación en el caso de mujeres en las que el resultado del denominado cribado del primer trimestre da una probabilidad de que el feto tenga una anomalía cromosómica, principalmente síndrome de Down.

Se aconseja, además, a todas las embarazadas mayores de 35 años.

El retraso de la edad en la que las mujeres deciden tener su primer hijo (que significa que el número de amniocentesis indicadas irá en aumento) hace que los nuevos test prenatales no invasivos suscite muchas expectativas, ha señalado el doctor Antonio Requena, director médico del grupo IVI.

Estos test no están incluidos en las prestaciones de la sanidad pública. Para ello, sería necesario que lo avalara la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). De momento, cuestan unos 800 euros.

Uno de estos test, Nace Plus, detecta trisomías (tres copias en lugar de dos) en los cromosomas 21 (síndrome de Down), 18 (síndrome de Edwards) y 13 (síndrome de Patau), así como en las alteraciones más comunes de los cromosomas sexuales X e Y.

Así, esta prueba cubre el 84 por ciento del total de las anomalías cromosómicas detectadas en el diagnóstico prenatal invasivo. Y se puede hacer desde la décima semana de embarazo.

Es suficiente con una muestra de 7-10 milílitros de sangre de la madre, que se puede extraer cualquier día de la semana, y los resultados se obtienen en 10 días laborales.

Según el doctor Julio Martín, director del departamento diagnóstico molecular de IVIOMICS, está indicado en mujeres con índice de riesgo elevado para alteraciones cromosómicas tras el cribado del primer trimestre, por embarazos anteriores con síndrome de Down o por sospechas de anomalías sospechosas en las ecografías.

El doctor Martín ha precisado que no se trata de acabar con la amniocentesis sino de reducirlas "significativamente".

De hecho, estos test no cubren el mapa genético entero, "aunque el camino va por ahí", ha asegurado este genetista, quien ha explicado que ya hay algún trabajo capaz de detectar secuencias de ADN en todos los cromosomas.