Las personas muy delgadas podrían sufrir mareos y bajadas de tensión si realizan el ayuno el Viernes Santo, según ha explicado a Europa Press el experto en Nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), el doctor Rubén Bravo.

A pesar de que realizar el ayuno propio de la religión católica durante sólo un día hace "difícil" que provoque problemas en las personas, el experto sí considera que éste pueda repercutir en los devotos de bajo peso. Para él, éstas personas sí podrían padecer síntomas, como "problemas digestivos, dolores de cabeza o bajadas de azúcar".

La gente muy delgada "son personas de riesgo que, al reducir mucho la ingesta de alimentos, andarían en un déficit muy alto de kilocalorías al no tener reservas", continúa Bravo, que manifiesta que las personas con algo de sobrepeso si las conservan.

De cualquier forma, el experto señala que la clave es "estar muy hidratados", ya que un ayuno mal llevado y con falta de líquidos puede acarrear "pequeños desmayos" y hacer que no se tenga la suficiente energía. Además, si éste se va alargar en más de un día, como seguimiento de la cuaresma, apuesta por "ir a un especialista".

Actualmente, los católicos practicantes tienen tres opciones para realizar el ayuno, siendo la primera de ellas la consistente en "evitar la carne y las bebidas alcohólicas", explica. Las otras se basan en "hacer una sola comida al día y realizar una dieta líquida", eliminando ambas también los productos cárnicos y las bebidas espirituosas, sostiene.

Para ellas, Bravo aconseja el consumo de "frutas, verduras, pescados y lácteos", a lo que se puede añadir en la comida "legumbres como los purés de lentejas". Para el transcurrir de la jornada, subraya la importancia de los zumos de frutas, que regulan nos niveles de azúcares.

Deben abstenerse del ayuno continuado embarazadas e hipertensos

En cuanto a las personas que deben de abstenerse del ayuno continuado, el representante del IMEO señala a "diabéticos, mujeres embarazadas, hipertensos, mayores de 70 o 75 años y niños pequeños". Sin embargo, especifica que si los diabéticos siguen las pautas ofrecidas no deben tener problemas si deciden ayunar el Viernes Santo, ya que "es una dieta prevista "para que los niveles de glucosa en sangre sean estables".

Lo que sí reconoce es que ésta debe sufrir alguna medicación, pues se deben hacer "alguna pequeña ingesta más durante el día", sobre todo en los diabéticos tipo I. Lo que descarta es el consumo único de caldos o la realización de una única comida, ya que podría provocar "una bajada de glucosa".

Por otra parte, Bravo señala que durante el Viernes Santo se puede perder "un kilo o un kilo y un poco más". No obstante, considera que no es una pérdida "real o efectiva" en cuanto a pérdida de grasa, y es que se recupera "cuando se vuelva a recuperar el hábito normal de alimentación".

El experto, que manifiesta que la ingesta mínima debe ser de 1.000 kilocalorías, sostiene que el ayuno provoca "una limpieza orgánica", especialmente en el aparato digestivo y en el urinario. Así, expone que se somete a menos trabajo a los riñones, el hígado, el intestino y el estómago, además de que se ingieren alimentos "con menos toxinas".

Todo ello provoca una sensación de "ligereza, plenitud mental, relajación y meditación", a lo que se une "alcanzar una introspección y un análisis interior", afirma. Por todo ello, Bravo concluye que el ayuno ayuda "a bajar los niveles depresivos, de ansiedad y de estrés".