Ganar dinero a través de la moda ya no es sólo cosa de blogueras. Plataformas como Chicfy invitan a cualquier mujer a vender la ropa que ya no se pone y adquirir unos ingresos por ella. Así de fácil. Así de práctico. Chicfy sobrepasa el millón de descargas y su anuncio en televisión ha popularizado la nueva frase de moda: "claro que sí, guapi".

Chicfy se presenta como una de las mayores apuestas de economía colaborativa desarrolladas en nuestro país y se ha convertido en la aplicación número uno de compraventa de ropa para chicas en España. Desde su creación en febrero de 2013 hasta finales de octubre de este año ha vendido más de un millón de prendas, según ha informado la propia compañía. Pero, ¿cómo funciona esta comunidad de armarios virtuales? Muy similar a cualquier red social. Es más, su aspecto recuerda un poco a Instagram. Cada usuaria crea su cuenta y sube las fotos de las prendas a vender (con talla, detalles y precio). Del precio fijado por la vendedora Chicfy se lleva un 20 por ciento. En cuanto a los envíos, la aplicación genera un código que contiene la dirección de la compradora por lo que únicamente hay que entregar el paquete con el código en mensajería y esperar a mediados de mes para cobrar. "Hazme una rebajita" es una de las frases más comunes entre las usuarias de la aplicación y así lo refleja el anuncio en televisión de Chicfy. ¿La respuesta? "Claro que sí, guapi". Con esas dos frases y una pegadiza canción de "Ms Nina" (cantante de reggeaton y autora del "Chupa chupa") la publicidad se ha vuelto viral. A la chica rubia del spot, la modelo Coral González, le han ofrecido incluso entrar en Gran Hermano Vip. De momento ha rechazado la oferta y quiere continuar con su carrera aunque su "claro que sí, guapi" se haya convertido en el nuevo "ola k ase".

Sin embargo, Chicfy no está sola en la tarea de sacarle rentabilidad a armarios abarrotados. A las alternativas de venta de segunda mano como eBay o Wallapop se suman portales especializados en moda como Closket o Micolet. En Clocket el usuario puede subir sus propias prendas o enviarlas a las oficinas centrales de la compañía (en Madrid) para que sean ellos quienes las valoren, fotografíen y cuelguen en la plataforma. La gestión total del armario por parte de la compañía elimina ese componente social que ofrece Chicfy pero es la opción elegida por muchas blogueras y también personajes conocidos como Marta Sánchez, Vicky Martín Berrocal o Alba Carrillo. Por el contrario, los armarios de las famosas no tienen sentido en Micolet, otra de las aplicaciones de compraventa de moda, porque las prendas son anónimas. Se envía toda la ropa y la compañía se encarga de todo lo demás, sin personalismos.

Otra forma diferente de rentabilizar los estilismos es la que ofrece 21 Buttons, la última red social para "it girls". Cualquiera puede subir sus modelitos a la aplicación y enlazar cada prenda que lleva al lugar donde se vende. Por cada venta que generen sus "outfits", la usuaria recibe una recompensa económica.