La exfoliación es un gesto imprescindible que a veces se aparca por pereza o desconocimiento de lo mucho que hace por la luminosidad y suavidad de la piel. El exfoliante casero elimina la piel muerta, mejoran la circulación de la sangre, limpia los poros obstruidos, difumina imperfecciones y, bien aplicada, frotando en sentido perpendicular a la dirección de las arrugas, minimiza su aspecto.

El exfoliante casero está pensados tanto para el rostro como para el cuerpo. Tan importante es hacer la exfoliación periódicamente como no pasarse: "No hay que abusar de ella. Con una vez a la semana, en el caso de las pieles grasas si lo requieren, o cada dos semanas en el caso de las pieles sensibles, es suficiente", apunta el farmacéutico Cayetano L. Gutiérrez, formulista de la marca dermocosmética SkinClinic.

"No hay que frotar con demasiada fuerza. Para una exfoliación más intensa es preferible usarlo más tiempo que realizarla con más presión", advierte la dermatóloga Alba Català Gonzalo, del hospital Quirón-Teknon y el hospital Platón (Barcelona).

El exfoliante hacen que la piel sea más sensible a los rayos UV, por lo que algunos es mejor usarlos por la noche, y durante el día, tras la exfoliación hay que usar una crema con SPF de mínimo 15, aconseja la especialista.

Si no deseas gastar mucho dinero en tu propia casa puedes hacerte un exfoliante casero con ingredientes naturales:

Exfoliante casero con arroz y agua:

Hace siglos que en Asia el polvo de arroz se utiliza para cuidar y embellecer la piel. A sus propiedades matificantes, es uno de los ingredientes orgánicos que no suelen faltar en los polvos sueltos de maquillaje de la cosmética eco, se puede sumar su acción exfoliante. Sólo hay que moler arroz crudo en un molinillo de café y mezclarlo con unas gotas de agua y extenderlo por el rostro.

Exfoliante casero de café, sal y miel:

La gran mayoría de anticelulíticos utilizan la cafeína. Con granos de café molido puedes hacerte tu propio exfoliante casero para luchar contra la piel de naranja. Añade un puñado de sal y una cucharada de miel y aplica la mezcla todas las mañanas en las nalgas durante tres minutos en movimientos circulares mientras te duchas. Posteriormente aclara con agua bien fría y en pocas semanas podrás notar la diferencia.

Exfoliante casero de azúcar y aceite de oliva:

El azúcar es el exfoliante típico de las recetas caseras. Es humectante, y su textura granulada se disuelve rápidamente y es tolerada por todos los tipos de piel.

Este exfoliante casero funciona muy bien en brazos, piernas, espalda y labios. Por su parte el aceite de oliva aporta hidratación extra a la piel y ayuda a extender la mezcla fácilmente y sin peligro por el cuerpo. La piel te

quedará muy suave tras su aplicación.

El truco: Los maquilladores profesionales suelen combatir las pieles sueltas que afean los labios frotando con un poco de azúcar y aceite, aplicando la mezcla con un bastoncillo de algodón y con movimientos circulares.