Día tras día, nuestros genes, los guardianes de la belleza de la piel, están sometidos a los constantes daños causados por los rayos ultravioleta solares (UV) y las especies reactivas de oxígeno (ero). Una única habilidad regenerativa permite a los genes la reparación de sí mismos, sin embargo, a medida que envejecemos esta habilidad se deteriora, y aparecen las arrugas, la flacidez y otros signos de envejecimiento.

Durante más de una década, el equipo de desarrollo de Sensai ha probado más de 100 ingredientes en busca de una solución al desafío de los daños genéticos. Fue Sakura, un cerezo japonés conocido como la morada de los dioses, quien dio la respuesta. Este árbol divino condujo al descubrimiento de Complejo eterno de Sakura, un nuevo ingrediente capaz de reparar daños genéticos causados por los rayos UV y las ero, un logro sin precedentes para un producto de cuidado de la piel.

Maximizando la capacidad de renovación de la piel, el Complejo eterno de Sakura conserva la belleza inherente de la piel a nivel genético, manteniendo una perfecta dinámica celular. Tras laboriosas investigaciones, se ha demostrado que puede reparar los daños de los rayos UV con éxito y que aumenta la reparación de los daños causados por las ero en 1,5 veces.

También es el único tratamiento cosmético en concentrar altos niveles de carnitina, facilitando poderosamente el suministro energético (síntesis de aTP, conocido como 'energía cutánea'), ayudando a incrementar la capacidad de la piel para su reparación genética. Al elevar los niveles de carnitina a niveles de una piel más joven, el Complejo eterno de Sakura permite mejorar el suministro energético de nuestra piel.

Más energía en la piel

Durante mucho tiempo se ha sabido que Sakura estimula la microcirculación, pero los científicos de Sensai han hecho otro descubrimiento: el árbol de Sakura también puede aumentar la producción de energía ( aTP) de la piel, en las mitocondrias de las células de la piel humana y apoyando efectivamente a la reparación de esos procesos biológicos vitales que consumen mucha energía, incluyendo la reparación del ADN.

Extraído del árbol de Sakura, o de la flor del cerezo japonés, este potente ingrediente incrementa el suministro energético cutáneo para reparardos tipos de daños del ADN.