Cualquier boda despierta el interés de los amantes de la moda, bien para tomar nota, para criticar o simplemente por curiosidad. Pero la de Natalia Díaz, celebrada este sábado en Oviedo, llamaba más la atención que cualquier otra. Y por varias razones. Su hermano, el diseñador ovetense y bloguero Pelayo Díaz, y su pareja, el admirado diseñador malagueño David Delfín, estarían en el enlace. Además, fueron los encargados de diseñar los dos vestidos que Natalia lució: uno para la ceremonia y otro durante la fiesta.

"Me siento como Julia Roberts en 'Pretty Woman'", aseguraba la novia en la suite del hotel Reconquista mientras un camarero dejaba una botella de Moët & Chandon. Los blogueros y fotógrafos conocidos en las redes sociales como los Cup of Couple no perdían detalle detrás de sus objetivos. "Son amigos de mi hermano y él me ha regalado que hagan mi reportaje de boda, estoy encantada porque admiro su trabajo", decía la novia.

De perfecta etiqueta y con un esmoquin impoluto, David y Pelayo irrumpieron en la habitación para vestir a Natalia y darle los últimos retoques. El ovetense escogió un total look de Yves Saint Laurent. David, una chaqueta de Balenciaga, corbata de Dior y pantalón, camisa y zapatos diseñados por él mismo. Para la ceremonia, Natalia lució el vestido diseñado por el malagueño. "Es uno de los looks que podría encajar perfectamente en mi última colección, Missing, pero que quedó reservado para ella. Creo que el resultado de esa colección fue tan ceremonioso porque estaba muy centrado en la elaboración de su vestido. Sigue la línea de la chaqueta biker, me encanta esa idea de la "chaqueta perfecto" llevada a vestido. La parte de arriba es algodón y una mezcla de fibras. Todos los remaches y la cremallera son en blanco. La parte de abajo es de seda y los fruncidos van cosidos directamente a la chaqueta".

Entre flashes y retoques, llegaron los padres de la novia. La madre, Elena Zapico, vestida con un diseño de la colección Nowadays de David Delfín, y el padre, Antonio Díaz, vestido de riguroso chaqué para cumplir con su papel de padrino, vivieron junto a su hija sus últimos minutos de soltera. Un Rolls Royce negro llevó a la novia hasta la iglesia, la capilla del Rey Casto. La ceremonia vivió su momento más emotivo cuando Pelayo leyó un texto de 'El ruiseñor y la rosa', de Oscar Wilde. "Lo escribí en Madrid, en un papel de Louis Vuitton bañado en azul y con tinta azul, porque me dijeron que ese color significa fraternidad y familia. Las hojas tienen estampado el baúl de la firma. Es una casa muy especial para mí porque, cuando me fui de Oviedo, mi madre me regaló una maleta de Vuitton. Desde aquel momento, me acompaña siempre".

Durante el baile posterior a la cena entró en escena el segundo vestido de la novia. El más especial, ya que lo diseñó su hermano Pelayo. "Natalia no lo vio hasta que estaba hecho. Confió plenamente en mí. Está inspirado en la primera colección que hice para Saint Martins, que era la ropa de una mujer que se quería casar. Es muy sencillo. Aunque yo suelo ser más sexy, David me está pegando esa idea de la mujer sobria. Como ocurría en mi colección, es todo plisado. Tiene tres capas para que tenga mucho vuelo. El escote es muy ligero, pero deja ver la parte de debajo del pecho, que es mi favorita del cuerpo de una mujer. Está ideado para que lo dé todo en la pista y no se preocupe por él. Quería que el vestido de David se llevase todo el protagonismo", cuenta Pelayo. Lo hace mirando a su hermana con adoración. Ella fue la primera que le enseñó a Kate Moss en una revista y hoy la top-model es la persona más admirada por Pelayo. Moss fue vestida en su boda de John Galliano, su diseñador fetiche. "Para mí, mi hermana es mi Kate Moss y yo soy su Galliano. Siempre pensé que la vestiría el día de su boda", explica emocionado. Y su sueño se hizo realidad