Cinturas ideales

De cuero, de lazo, casi tan anchos como un corsé o finos como un cordel; con hebillas inspiradas en los indios americanos, con elaborados macramés, los cinturones han tenido una presencia destacada en las pasarelas que mostraban la moda de esta temporada.

La cintura femenina es uno de los rasgos anatómicos que más diferencia el cuerpo de los hombres y de las mujeres. Y el más determinante, afirman los expertos, a la hora de valorar la perfección de la figura, que depende de lo que se conoce como coeficiente cintura-cadera y que resulta de dividir la medida de la primera por la segunda. En el caso de la mujer, un resultado de 0,7 marcaría el cuerpo ideal.

Lo tenían Audrey Hepburn y Marilyn Monroe, y también es el de Jessica Alba, reconocida en el 2007 la mujer perfecta, científica y matemáticamente, según investigadores de la Universidad de Cambridge, por su coeficiente de 0,7. Claro que no lo sería si se tratara de una mujer china, por ejemplo, donde el ideal está en el 0,6, o de determinadas regiones de Sudamérica o África donde la cifra es de un 0,8 o 0,9.

Así, tras unos veranos, en que la atención se centraba más en la cadera, con los pantalones y faldas de talle bajo, ahora es la cintura lo que se pretende destacar. Suben, pues, los talles de las prendas y la cintura se remarca con cinturones de todos los tipos y tamaños.

Otro rasgo de esa tendencia es que se recupera la falda tubo, que se ciñe tanto a la cintura como a la cadera y que es una de las prendas que más pone en evidencia las curvas propias de la figura femenina. Totalmente dominantes en los años 50 y principios de los 60, perdieron su protagonismo en la era del feminismo precisamente por ser tan representativas de la feminidad.

Si esta temporada se proponían los cinturones en faldas, pantalones y vestidos, en otoño e invierno, se llevarán también ciñendo chaquetas y abrigos.