Si hubiera sido actriz le habría gustado interpretar el papel de Meryl Streep en 'Memorias de África', pero la soprano guipuzcoana Ainhoa Arteta decidió brindar su voz a la ópera y la música de cámara, donde cree que el contacto con el público es más íntimo.

En sus recitales ofrece siempre un repertorio variado. ¿Disfruta poniendo su voz en otros registros?

Desde el principio de mi carrera me he dedicado principalmente a la ópera y a la música de cámara. Creo que son dos géneros que se complementan a la perfección, aunque cada uno me aporta distintas vivencias y emociones. En los recitales el contacto con el público es mucho más directo, más íntimo.

Hace unos años le criticaron por cantar canciones de rock. ¿Le sorprendieron las críticas? ¿Volverá a hacerlo?

Mi incursión en la música pop ha sido por motivos de estrategia comercial de la casa discográfica, pero tengo que reconocer que disfruté muchísimo con la experiencia y la repetiría encantada. Creo que no hay música culta y popular, sino música que emociona y llega hasta el corazón del oyente y otra que viene con manual de instrucciones, que hay que explicar lo que el autor ha querido transmitir. Esta última es la única que no me interesa porque pienso que a la música le ocurre lo mismo que a la poesía, o se explica por sí misma, o deja de serlo.

Usted estudió también interpretación. De haber seguido esa carrera, ¿qué papel le gustaría encarnar en el cine?

Estudié arte dramático no con el propósito de ser actriz, sino para poder interpretar los papeles operísticos con su carga dramática justa y hacerlos más creíbles. Adoro el cine, me parece el arte más completo y el que más influye en la vida de las personas. Si hubiese sido actriz me hubiese encantado interpretar películas como 'La reina de África', 'Desayuno con diamantes', 'La decisión de Sophie' o 'Memorias de África'.

Debutó en el Teatro Real de Madrid el año pasado con Cyrano. ¿Por qué ha tardado tanto en pisar ese escenario?

Esta pregunta se la debería hacer a los antiguos responsables del Teatro Real. Lo único que le puedo decir es que al poco tiempo de ser nombrado el señor Mortier tuvo interés en oírme e inmediatamente me contrató para la producción de Don Giovanni, en la que participaré el próximo mes de abril. La temporada pasada, y también por su propia decisión, se adelantó mi debut con el papel de Roxane en Cyrano, producción en la que ya había participado en la Ópera de San Francisco.

¿La subida del IVA en la cultura aumenta la distancia con el público?

Cualquier incremento del precio de las entradas es un elemento disuasorio para el público. En estos tiempos de crisis y con la cantidad de medios audiovisuales para disfrutar de un espectáculo en casa, es un reto atraer al público a las salas. Sin embargo, una persona sensible y cultivada, que sabe apreciar la música, jamás cambiaría un espectáculo en vivo por algo enlatado, porque no tienen nada que ver por muy perfecto que éste sea. No olvidaré jamás la primera vez que acudí a una sala de conciertos a escuchar un recital en vivo; fue la experiencia más apasionante de mi vida.

¿Qué le diría a los gobernantes, que luego siempre se precian en público de ser amantes de la música clásica?

Les diría que tomasen conciencia de que la cultura es una necesidad del espíritu, y mucho más en tiempos de crisis económica y de valores porque la cultura nos hace libres. Estamos más necesitados que nunca de estos valores que nos hacen ser solidarios, leales, honestos y mejores personas. Les diría también que es urgente aprobar una nueva Ley del Mecenazgo.

¿Se siente una indignada más ante los casos de corrupción?

Creo que la corrupción es uno de los mayores lastres en el desarrollo de nuestro país. Es verdaderamente vergonzoso enterarnos todos los días del enésimo escándalo, con la implicación de políticos. Al margen de condenable, este tipo de noticias son peligrosísimas porque minan la credibilidad en las instituciones, en los políticos y ponen en duda incluso la propia democracia. Pero la democracia parlamentaria y la justicia pondrán las cosas en su sitio. Estamos atravesando una etapa de tinieblas, pero no tengo ninguna duda de que la superaremos. España no tiene otro camino que el de la luz.