Actriz. Tiene 45 años y casi cuarenta de carrera. No hay que olvidar que con tan sólo siete, la actriz madrileña protagonizó El espíritu de la colmena. Títulos como Tesis o Vacas, de Julio Medem, han revalidado después su fama de saber elegir los papeles que interpreta. El último, Madame Bovary, esta vez sobre los escenarios.

¿La heroína de Flaubert era uno de los personajes que deseaba llevar al teatro?

En realidad, no especialmente. Me gustó la novela cuando la leí con 18 o 20 años. Pero nunca pensé que acabaría siendo la Bovary. Son palabras mayores.

¿Qué le gusta de ella?

En esta versión es menos romántica que en su imagen habitual, más luchadora. Lucha por vivir como cree que debe hacerlo. Y yo me reconozco ahí, en la trinchera.

¿Qué personaje sueña con interpretar?

Virginia Woolf, pero se me ha adelantado Emma Vilarasau. Para compensarlo he encarnado a Carmen Polo de Franco en la miniserie que ha dirigido Agustí Villaronga sobre los días que Eva Perón pasó en España. Y claro, me han puesto un montón de collares…

¿Hacia dónde se inclinan sus gustos literarios?

Hacia todo aquello que me produce curiosidad. De los recientes recomiendo Los enamoramientos de Javier Marías y Tokio Blues de Murakami.

¿Es de trasnochar? ¿De quedarse leyendo en la cama?

Poco. Y menos ahora que tengo a Sofía. Tiene tres años y tengo que levantarme a las siete y media para llevarla al colegio. Pero, vamos, no he sido yo de trasnochar nunca. Y menos de salir de copas.

¿Con qué se entretiene en su tiempo libre?

A veces veo series de televisión. Sobre todo, españolas, para estar al día por cuestiones de trabajo. Me encantan las británicas, Downton Abbey y Sherlock.

¿Cómo sería su velada perfecta?

Una cenita con mi pareja y algunos amigos, a poder ser en una casa o en un restaurante tranquilito, y regada con un buen vino. Pero bebo poco, la verdad.

Su comida preferida.

La cocina japonesa me encanta, por ejemplo. Pero lo que más, el chocolate. Lo como a diario.

No parece ser de las que cuentan calorías …

Es que tengo tendencia a adelgazar cuando trabajo o estoy nerviosa. Lo quemo todo. Me lleno enseguida, aunque como varias veces al día.

¿Visita el gimnasio?

Bueno… ¡Eso es lo peor de lo peor! Me apunté en septiembre y he ido tres veces. Ahora intentaré retomarlo, aunque no tengo muchas esperanzas.

¿Cuál es su mejor momento del día?

A media tarde, la hora del atardecer. Suelo estar muy relajada. Y a media mañana, cuando ya me he despejado, después de desayunar un zumito natural, un cafetito y un pan con aceite.

¿Y su paisaje favorito?

Está en Vermont. Mi marido es americano y tenemos una casa de campo allí. Es un sitio precioso sobre todo en otoño por el color de las hojas, que se vuelven rojas y anaranjadas. Lo fotografían mucho. También me gusta ese aroma de las hojas húmedas. Y me encanta el mar.

¿Y en cuanto a gustos musicales?

Soy más de clásica o de lo que suene en la radio cuando voy en el coche. Es un poco mi asignatura pendiente.

¿Alguna más?

Todas las de la carrera de Geografía e Historia, que empecé y no terminé, para irme a estudiar interpretación a Nueva York con una beca. Bueno, y la tecnología. Al ordenador le sigo llamando computadora, para pitorreo de todos. Siempre digo que me tengo que poner con ello, pero de momento sólo lo uso para ver el correo o las noticias de España cuando ando viajando por ahí