El cantante portugués Salvador Sobral, vencedor de la última edición de Eurovisión, considera "horrible" la canción "Toy", candidata de Israel este año y una de las favoritas, y cree que, pese a la apuesta intimista que le encumbró en 2017, el festival no va a cambiar. Preguntado sobre si conoce las canciones candidatas de este año, el portugués respondió en una entrevista que apenas ha escuchado las de Portugal e Israel, a la que accedió por una alerta de Youtube y que no ha sido de su agrado. "Youtube me obligó a verla. Cosas de la tecnología. De repente, Youtube pensó que me gustaría la canción de Israel, interpretada por Netta, y entonces abrí aquello y salió de ahí una canción horrible. Pensé: Youtube, muchas gracias, pero no es esto", comentó Sobral. Y agregó: "Afortunadamente, este año no tengo que oír nada". El artista, que prepara una actuación en la gala final del sábado junto al brasileño Caetano Veloso, se mostró también escéptico sobre el efecto que su victoria, basada en una apuesta intimista y simple, pueda haber tenido para cambiar la esencia de Eurovisión, repleta de efectos y que gusta de puestas en escena espectaculares. "No creo que haya cambiado algo. Tal vez en el futuro", sostuvo. Sobral avanzó que ve su inminente relevo como vencedor del festival como una "liberación", a partir de la cual espera ser conocido "solo como Salvador Sobral", y aseguró que, tras doce meses de experiencia, lidia mejor con la fama repentina que le granjeó la victoria de "Amar pelos dois" (Amar por los dos). "Cuando llegué a Portugal, después de la victoria, fue duro. Me hartaba de llorar. Me decía a mí mismo: '¿qué he hecho?' No podía salir a la calle. Pero después el tiempo fue pasando, estuve todo ese tiempo en el hospital por la operación (trasplante de corazón al que se sometió en diciembre) y las personas fueron entendiendo, más o menos, como soy, y me respetan", apuntó.