El vídeo grabado en la catedral de Palma de Mallorca al finalizar la misa de Pascua ha dado la vuelta al mundo. Y es que cualquier gesto de la Reina Letizia, por intrascendente que sea, es analizado con sumo detalle y obsesión tanto por sus entusiastas, que somos muchos, como por sus detractores, que en época de marejada se multiplican y sentencian sin piedad. En fin, dejemos estas frivolidades a los expertos del colorín y centrémonos, una vez más, en la moda como uno de los mejores aliados para explicar la evolución de una mujer, de una Reina, que se ha convertido en uno de los iconos de estilo de estos convulsos primeros años del siglo XXI, un estilo copiado e imitado por mujeres de todo el planeta.

El 6 de noviembre de 2003, cinco días después de anunciar el compromiso matrimonial, tuvo lugar la pedida de mano del entonces Príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz en el Palacio de El Pardo. Para aquella importante ocasión, Letizia se decantó por un elegante traje pantalón de color blanco y cuello chimenea de Armani. Un diseño de líneas limpias, sobrio pero muy eficaz para mostrarse con sencillez y cercanía ante los españoles, poner fin a su anterior vida como periodista e iniciar una nueva etapa.

En su época de "aprendizaje" previa al enlace real, las referencias textiles en el Palacio de la Zarzuela eran las siguientes: la Reina Sofía profesaba gran fidelidad a modistas y diseñadores como Margarita Nuez, las hermanas María Antonia y Pilar Molinero, Manuel Pertegaz, Elio Berhanyer, Jorge Gonsalves, Óscar de la Renta y Valentino.

Por su parte, la Infanta Elena, si bien en un principio confiaba en las manos del diseñador sevillano Petro Valverde, poco a poco fue inclinándose hacia una curiosa dualidad, la majestuosidad y clasicismo de su amigo Lorenzo Caprile, y la sofisticación de la moda parisina más chic, llegando a lucir trajes y pamelas de ensueño de diseñadores como Christian Lacroix (es inolvidable el abrigo-capa fucsia que lució en la cena previa al enlace del príncipe Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en 2004, o el goyesco Caprile para la boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling en 2010).

Cristina de Borbón para sus actos oficiales fue siempre fiel a su íntimo Lorenzo Caprile, que firmó en el año 1997 su fantástico traje de novia. Así pues, por influencia de las Infantas, Caprile se convertirá en el mago que construye con gran acierto la primera imagen de nuestra Letizia. Todos recordamos su icónico traje rojo para el primer compromiso oficial de nuestra Reina ante las casas reales europeas en la ya mencionada boda de Federico de Dinamarca. El traje acaparó todas las miradas y se convirtió en un éxito rotundo.

El Príncipe Felipe y Letizia Ortiz, vestida del gran Pertegaz, se casaron en la catedral de la Almudena el 22 de mayo de 2004. El traje confeccionado en seda natural tramada con hilos de plata fina fue un merecido homenaje al genio turolense y para la historia de la moda quedará aquel escote en pico con cuello en forma de corola y la hermosa cola de más de cuatro metros y medio bordada con motivos heráldicos.

Circulan muchos rumores sobre el final de la relación entre Caprile y Letizia. La discreción del modista me imposibilita averiguar los verdaderos motivos, pero está claro que es en el año 2009 cuando se produce este desenlace. ¿Se volverá a producir un encuentro? Estoy convencido de que así será.

Una nueva Letizia, más segura e independiente, muy atractiva y conocedora de su repercusión mediática, encuentra en el buen hacer del diseñador madrileño Felipe Varela la garantía para triunfar en esta nueva década. En su tienda-taller situada en José Ortega y Gasset, se confecciona multitud de trajes y vestidos que realzan la silueta de nuestra Reina en actos oficiales y fiestas de gala. Feminidad, perfección y belleza que podemos disfrutar cada año en las entregas anuales de los premios "Princesa de Asturias" en el teatro Campoamor de Oviedo. Un tándem perfecto que funciona y navega con buen rumbo.

Hemos visto a nuestra Reina de vacaciones, en cines y por las concurridas calles de Malasaña. Para estas ocasiones, no duda en lucir ropa más cómoda e informal de firmas tan emblemáticas como Zara, Massimo Dutti, Mango, Uterqüe o la marca danesa Designers Remix. Letizia adora Loewe, Carolina Herrera, Hugo Boss, Burberry, Armand Basi, Adolfo Domínguez... y gran conocedora de la moda española, coquetea con prendas de diseñadores nacionales como Juan Vidal, Roberto Torreta, Roberto Verino, Ángel Schlesser, Teresa Helbig, Sita Murt, Juan Duyos, Rosa Esteva (Cortana) e Iñaqui y Aitor Muñoz (Ailanto), entre otros.

Valiente y contemporánea, Letizia se atreve también con las corrientes más vanguardistas, como el vestido de tejido brillante y rayas de colores de la colección Resort 2017 de Nina Ricci, con el que impactaba en la cena convocada con motivo de los premios "Mariano de Cavia" en el año 2016 o, últimamente, con el impresionante vestido azul con el detalle de la flor de la colección pre-fall 2017 de Delpozo, que lució en la cena del 50.º aniversario del diario "AS".

En definitiva, una Reina superlativa que domina como nadie los códigos de la moda, que sabe muy bien lo que le favorece y que está haciéndolo muy bien. ¡Larga vida!

*Historiador del Arte y experto en moda